Página:Almanaque sudamericano 1902.pdf/45

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
39
Almanaque Sud-americano


    Gladiador de las fiestas de las Musas,
tuya fué la diadema en cien combates;
Moisés de un pueblo en rebelión, centella
fué tu voz, que hizo humo su estandarte.

    ¡Ninguno como tú! Si por la lira,
no por el corazón, tienes rivales,
ni la avaricia descontó tu sueño
ni el limo subió en hostia á tus altares.

    Nunca en tu amargo pan fermentó el odio;
muchos te hirieron, nunca te vengaste;
¡tu error fué el heroísmo en la quimera!,
¡te embriagaste de gloria, no de sangre!

    ¡No! La flor inodora del olvido
no erguirá en tu sepulcro sus estambres;
mientras la tierra se enguirnalde en rosas,
te cubrirán sus aromosos nácares.

    Rompe los muros del abismo eterno,
ven, ¡oh rey de los cantos inmortales!,
y escucha los clamores de tu siglo
de Macón á los polos dilatarse.

    Es que el siglo en su ocaso te saluda
y colora en tu sien su último esmalte,
como su último nimbo el sol poniente
en la más alta cresta de los Andes.

    Es que no toda fe con él sucumbe:
ni el amor, que une al hombre con el ángel;
ni la inquietud eterna por lo ignoto,
ni el ideal, Tarpeya de los mártires.

    Que después que te fuiste, más cruenta
es la lid de lo noble con lo infame,
y vuelven á nacer los girondinos
y á morir por las patrias libertades.

    Y te invocan á ti, porque tú enseñas
que en el cadalso mismo lauros nacen;
que se puede, cual tú, morir vencido
y llevarse del mundo un alma grande.

Rafael M. MERCHÁN

Bogotá

Dibujo de Apeles Mestres.