Página:Alternativa Feminista 1.djvu/24

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+ Lo femenino es mucho más sutil: es precisamente, lo que no se opone a lo masculino, es lo que lo se- “duce... porque no es nada. (Jean Baudrillard)


musulmanes a extirpar 30 millones de clítoris anuales. La tradición religiosa sabe cómo resolver contradiciones: lo que no sirve y no debe existir, se elimina.

¿Qué es eso de que el clítoris tenga solamente una función, y que sea placen- tera? Es un órgano transgresor, pecaminoso; el pito es más decente, por lo menos sirve para hacer pis, para hacer nenes, para desvirgar, para violar, para mostrarlo, para ¿ompetir a ver quién tiene el pito más grande (si el tamaño del pene no tiene nad2 que ver con el placer, ¿por qué son tan importantes sus dimensiones...?

Me parece que para ser felices vamos a tener que cambiar muchas cosas, va- rones y mujeres.

La sin nombre. Si no aprendemos a conocerla, nombrarla, disfrutarla y quererla, no vamos a avanzar en el camino hacia nuestra autovaloración como ser humano. Y recordemos que a quien no se valora como persona completa, amando la totalidad de su cuerpo, le es difícil conseguir su autonomía y libertad.


ENTREVISTAS ACERCA DE “LA SIN NOMBRE'

ANDREA BELLOCCHIO

Marcela, 19 años

— ¿Qué nombre le ponías de chiquita a tu vulva?

—Con mi mamá era la cola, pero pre- ferentemente no la nombrábamos. Con mis compañeras de la primaria la llamá- bamos “Manuelita”, porque estaba arrugada como la caparazón de las tor- tugas.

—(¿Cuándo tuviste tu primer contac- to?

—Desde muy chica, al tocarme, sen- tía placer, y decía a todo el mundo que hacía gimnasia, sin darme cuenta de que me masturbaba.

—¿Experimentaste alguna sensación

24 “al verla?

—Siempre me fue indiferente, ni lin- da ni fea.

— ¿Qué decía tu vieja si te masturba- bas o te tocabas? :

—Una vez me mostró un diario con la foto de una nena, y como yo no sabía le- er, me dijo que esa nena se había muer- to por hacer lo que yo hacía.

—¿Te interesó en algún momento in- vestigar para qué servía?

—Desde muy chiquita hablábamos mucho con mis compañeras, y por mi parte, traté de informarme a través de la lectura.

—¿Tus padres te hablaron de tus ge- nitales?

—No, siempre me enteré sola o en el colegio. Siempre nos mostrábamos la