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Alternativa Feminista

cultura, es decir distorsionada por la cultura; por lo tanto es una tarea que debe ser reapren- dida.

Trabajo en este tema, como madre que ha lactado, como pro- fesional y desde las especiali- zaciones en sexualidad y en lac- tancia. He visto, tanto en la práctica hospitalaria como en la privada, en los sectores popula- res como también en la clase me- dia, todas las dificultades que la lactancia trae aparejadas.

La mayoría de las veces veo falta de conocimiento y prepara- ción, ya desde el embarazo y hasta después del parto, por parte de las madres y del equipo médico (Porque no hay que olvi- dar que los profesionales tam- bién son influidos por el medio social). Esos conocimientos re- forzarían nuestra autoestima, haciéndonos sentir que podemos superar los obstáculos que se oponen a la

lactancia exitosa.

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Hay dos ordenes de obstácu- los: la mujer y el equipo médico suponen que es "práctico" su- plantar el pecho por el biberón. En esto se ve la represión que ejerce la sociedad sobre lo pla- centero y ese es el otro obstá- culo: se disocia entre placer sexual y amamantantamiento, en- tre mujer y madre. No es fácil reconocer el alto grado de pla- cer físico y psíquico que impli- ca el amamantar. Dar el pecho en forma óptima implica conec- tarnos con nuestro esquema cor- poral, conectarnos con el pla- cer, con el contacto íntimo piel a piel. Y es frecuente encontrar entre nosotras dificultades con el uso placentero de nuestro cuerpo y de nuestra sexualidad. Tenenmos incorporados mitos y tabúes sobre la lactancia, que tomamos como verdades.

En las clases populares esto es aún más confuso. En los cen- tros de salud no hay información sobre anticoncepción y las muje- res han sido influídas por los medios masivos de comunicación para dar el biberón.

Como otras partes del cuerpo de la mujer, los pechos han sido motivo de uso y atención social. En diferentes épocas se los des- tacó, o debían pasar ¡inadverti- dos o ser apenas insinuados o directamente se los exhibía. Se los utilizó de acuerdo al mayor o menor grado de sometimiento de la mujer a lo social y a lo ho- gareño. A través de ese someti-