Vicenta CASTRO CAMBON
Nació en Morón, provincia de Buenos Aires, donde transcurrió su infancia. Ciega desde los seis años de edad, fué educada en un colegio de religiosas, sobrellevando su infortunio con verdadero estoicismo. Espi- ritu sensible y delicado halló en la poesía un bálsamo consolador. En su juventud difundió rápidamente el pseudónimo “La Ciega de Morón”, con el que firmó sus primeras composiciones. Fué fundadora de la Bi- blioteca Argentina para Ciegos y en mérito de lo cual y en reronoci- miento de sus cualidades espirituales, la Sociedad de Beneficencia de la Capital le acordó un premio a la virtud.
Hallándose diseminada en diarios y revistas la mayor parte de su producción poética, en 1923 sus intimos la instaron para que la reuniera en un volumen, cuya edición le costearon, apareciendo así en ese año su primer libro “Rumores de mi noche”, que obtuvo pleno éxito, pues se agotaron rápidamente dos ediciones.
Pocos días antes de fallecer apareció “Cajita de Música” y post- mortem otros dos libros: “Cantando lo haré” y “El libro de Quique”, en los que se ha reunido toda la labor inédita de la autora. Alemany Villa en su selección de versos para recitar “Cofre de Armonias” incluyó las siguientes composiciones: “Dice la paja que hollamos”, “La voz de Dios” y “La canción del sauce caido”.
Su fallecimiento acaecido el 7 de mayo de 1928 a los cuarenta y cinco años de edad produjo en Morón, donde residía entonces, un verdadero sentimiento de pesar constituyendo el sepelio de sus restos una imponente ceremonia. El cortejo fúnebre fué encabezado por el Inten- dente Municipal de Morón don Dalmacio Bonora, el cura párroco R. P. Pablo Darbón, el presidente de la Biblioteca Argentina para Ciegos doctor Agustin C. Rebuffo, el secretario de la misma institución don Alberto Larrán de Vere, y los señores Fermín Estrella Gutiérrez, Adolfo Farías Alem, Luis Rosa, etc., siguiendo gran cantidad de vecinos, admi- radores y amigos. Al inhumarse los restos hicieron uso de la palabra
