El virey Liniers, nombró para desempeñar aquel cargo al capitán Rivadavia suscitándose con motivo de este nombramiento un conflicto de competencia de autoridad entre el virey y el cuerpo capitular del cual salió este triunfante, eligiendo en consecuencia otro alférez real mas de su tamaño que el criollo Rivadavia.
"No era aquel tiempo de abrir al pueblo los secretos," dice el mas sentencioso de nuestros escasos historiadores. Mal interpretada las disposiciones del ánimo del Sr. Rivadavia, quien juzgare de ellas y de sus ideas de entonces, por el papel que se disponía á desempeñar en las festividades de la jura réjia. En medio de aquel concurso y de aquel júbilo popular, usando de las espresiones del mismo escritor, no dejaban de encontrarse algunos patriotas de fino tacto político, á cuya vista no se escapaban los primeros crepúsculos del día que iba á nacer para la América, y cuya inclinación nativa llevaba sus juramentos á la patria, como acreedora de mejor derecho.
La vida entera del Sr. Rivadavia nos autoriza para asegurar que era él del número de aquellos patriotas avisados que disimulaban ante la muchedumbre y preveían para todos la próxima aurora de una luz que ardía y brillaba en el interior de cabezas privilejiadas.