Sucedió á Abdelmelic su hermano Muley Ahmed, general de la caballería, en el mismo campo de batalla. El primer cuidado del nuevo príncipe fué pasar á Fez, y tomar triunfalmente posesión del trono, llevando el pellejo de su sobrino el Negro embutido en paja. Es singular que este rey, lo mismo que su hermano, que debían sus triunfos en la mayor parte á la hueste de moriscos españoles que los servía, jamás quisiesen guerrear con Felipe II, que los había vencido y expulsado, y que implorasen su amistad constantemente; sin duda tenían formada alta idea de su poder y de su fortuna. Dio Muley Ahmed libertad á D. Juan de Silva, embajador español que acompañaba á D. Sebastián, y envió el cuerpo de éste á Ceuta. Luego en Fez llamó y mandó matar á algunos de los principales alcaides que conspiraban contra su persona; fiando las mayores cosas del gobierno, lo mismo que su hermano el Moluco, de un renegado portugués, á quien llaman Reduan Elche nuestros historiadores. Desde Fez se fué á Marruecos, y allí recibió con mucho amor al valeroso Pedro Venegas de Córdoba, embajador entonces del Católico, el cual medió poderosamente para que se diera libertad á muchos prisioneros, entre otros al duque de Barcelos, heredero de los duques de Braganza, rivales del mismo Felipe II, y más de su nieto, á quien arrancaron por fin la corona portuguesa. Tuvo mucho influjo Pedro Venegas en Marruecos, y Muley Ahmed se avino á tratar
llo, etc. Herrera copia de allí casi todas sus noticias. Se atribuye esta obra á D. Juan de Silva, embajador español herido en la batalla. El Epitome de la vida y hechos de D. Sebastián, etc., de Juan de Baena Parada, que también he consultado, no ofrece curiosidad ninguna.
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HISTORIA DE MARRUECOS
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