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Página:Apuntes para la historia de Marruecos.djvu/95

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HISTORIA DE MARRUECOS

ció que era llegado el día de su ruina en aquel lugar donde como tan amigos habían entrado. Traspasaron los turcos el prisionero Buazon á Fez el viejo, y enseñábanlo desde allí á los sublevados para que viesen que ningún mal le habían hecho; pero éstos, cada vez más embravecidos, gritaban: «¿Para qué nos lo muestras? ¿Es espejo? Dánosle puesto en libertad.» Y hubo al fin que soltarlo, y Sala-Arraez, mal de su grado, le proclamó por rey de Fez. Mas, hondamente ofendido el turco de tales hechos, escribió al xerife diciéndole que bien podía venir cuando quisiese sobre Buazon, porque él no había de ayudarle en cosa alguna; y alzando su campo se volvió á Argel. No se dejó esperar el xerife, y acudiendo con grueso ejército contra el adversario, hubo entre los dos larga y porfiadísima batalla, que sin duda ganaran los de Fez á no haber la desdicha de que Buazon muriese en ella, ó bien llevado de su natural valor á lo recio de la pelea, ó bien asesinado por un confidente del xerife que traidoramente se había deslizado entre los suyos, como sienten otros. Después de esta victoria Mohamed entró en Fez, y no hubo más quien pudiera disputarle el imperio.

En medio de tales revueltas no habían estado ociosos el mayor xerife y sus hijos. Muley-Cidan, el primogénito, estuvo en Fez ayudando á Ahmed-al-Watas contra su tío, cuando éste tenía puesto cerco á la plaza. Más tarde, cuando vino Buazon con ayuda de los turcos á recobrar sus Estados, se alzó el xerife Ahmed en Tafilete, y movió guerra por aquellos contornos á su hermano. Rindióle éste al fin, y mandando matar á Muley-Cidan y otros de sus hijos mayores, á él con los demás le envió á Marruecos. Horrible condición era la