Página:Arkady Arvechenko - Cuentos (1921).djvu/149

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
53
 

—Yo creo que el que debe empezar por esconderse es el ladrón.

—¡Tú que sabes! La que debe esconderse soy yo.

Pregúntaselo a mamá cuando venga.

Samatoja no insistió.

—Bueno, bueno. Escóndete. Pero tienes que ponerte una sortija o un broche.

—¿Para qué?

— Para que yo te los quite... Como soy un ladrón...

—¡Bahl Puedes hacer que me los quitas, aunque yo no los lleve.

—No, yo no quiero jugar así. ¡Vaya un juego!

—¡Jesús, qué tontol Se ve que no has jugado nunca a los ladrones... Bueno; voy por el relojito y el broche de mamá, que están en un cajón de la cómoda.

—¿Habrá también unos pendientes?—inquirió, con acento acariciador, el intruso, en su afán de darle al juego un čarácter marcadamente realista.

—Puede que sí. Espera.

VI

El juego era muy divertido.

Vera saltaba alrededor de Samatoja gritando: —¡No le hagas nada a mi Martucha! ¡Llévate, si quieres, mi dinero y mis joyas, pero no me la matesf De pronto se quedó mirando perpleja a su amigo y profirió: ¿Y el cuchillo? ¡Un ladrón debe llevar cuchillo!

—¿Si?