1 perdido de vista. ¿Qué camino habrían tomado?
Una mujer estaba parada á la puerta de su huerto, con la mano puesta encima de sus ojos para hacerles sombra, y mirando con ansia hacia el camino. Valcarcel me sujetó ligeramente la rienda y gritó:
-¿Por dónde?
-¡Por la derecha !-contestó la mujer, señalando con la mano, y en aquella dirección nos lanzamos; por un momento los divisamos, pero se presentó otra curva que los ocultó de nuevo.
Varias veces lográbamos verlos por un instante, y luego desaparecían. Muy poco terreno fbamos ganando, á mi parecer. Encontramos un peón caminero al lado de un montón de piedras, que había dejado caer al suelo su pala y tenía sus manos levantadas. Al aproximarnos á él, hizo señas como de querer hablarnos. Valcárcel me contuvo un poco.
-Hacia el soto, señor, hacia el soto; por allí van dijo.
Yo conocía perfectamente aquel soto, cuyo terreno era muy desigual en su mayor parte, cubierto de brezos y matorrales; había también algunos claros cubiertos de fina hierba, con grandes hormigueros y nidos de topos por todas partes; el peor sitio imaginable para correr un caballo.