Página:Azabache (1909).pdf/77

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 73 —

nos dijo que las aguas iban creciendo muy aprisa, y que presagiaba una mala noche. Los campos inmediatos estaban inundados, y en la parte baja del camino el agua me llegaba hasta por encima de los cascos; pero el fondo era firme, mi amo me conducía con cuidado, y nada había que temer.

Cuando llegamos al pueblo adonde nos dirigíamos tuvė un buen descanso, pues los asuntos de mi amo lo detuvieron allí un largo rato, y no emprendimos el regreso hasta muy avanzada la tarde. El viento había arreciado mucho, y of que mi amo decía á Juan que nunca había estado fuera de casa con tiempo tan tempestuoso, lo cual comprendí perfectamente, pues las grandes ramas de los árboles se movían como si fueran mimbres, produciendo un ruido espantoso.

-Tengo ganas de verme fuera de este arbolado-dijo mi amo.

-Sí, señor contestó Juan;- sería poco agradable que una de estas ramas se desprendiera sobre nosotros.

Apenas había pronunciado estas palabras, cuando se oyó un gran crujido como de algo que se desgajaba, y con ruido atronador, rompiendo por entre los árboles, vino al suelo un enorme roble, arrancado de raíz, cayendo atravesado en el camino, precisamente delante de nosotros. No