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la ciudad encantada de los césares

los Césares treinta años atras, ¿cuál habria sido su alborozo i su alboroto?[1]

Pero ya es tiempo de volver al estrecho sendero de los Césares i de sus buscadores bajo el dominio del gobernador Espinosa, en cuya época i jurisdiccion nos hallábamos cuando nos atrajo, por su interes i novedad, el episodio jeográfico que acabamos de narrar.

Entre tanto, los esploradores de la laguna de Puyehue i del volcan de Purarauque no pudieron pasar mas adelante. Los indios se echaron al suelo finjiendo un invencible cansancio, i fuéles preciso


  1. Relacion citada del injentero Mackenna, nuestro venerado abuelo, que conservamos, así como todos sus papeles (recojidos por un amigo después de su sacrificio en Buenos Aires en (1814), con un relijioso respeto.

    Es tambien digno de anotarse el hecho de haber encontrado otra piedra semejante, uno de los individuos de la comitiva del intelijente Doll, en la orilla oriental de la laguna de Llauquihue, no Llanquihue, y aunque así vuelve a llamar a ámbos aquel:—«En medio de la quema—dice en su informe citado de 1858, i refiriéndose al gran incendio intencional i oficial que habia devastado aquellos bosques en 1851—halló un indio una piedra labrada (para moler a brazo), semejante a las piedras de molino del Rhin, prueba de que ántes estaban poblados estos lugares solitarios.

    Agregaremos todavía una pequeña cuestion jeográfica, o mas bien, de etimolojía, porque algun provecho real han de dejarnos estos viajes por las nubes. Doll atribuye a Llanquihue el oríjen de llanqui (peladilla, especie de pescado), i hue (lugar). Astaburuaga dice que viene de llancuy (perderse) i hue (paraje.) No decidimos, empero, la cuestion entre los dos etimolojistas: la reservamos para los difuntos Césares, cuando vuelvan a resucitar....