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XVI
Vida de Cervantes.

segura y extensiva á muchos conjurados, habia dado ya sus disposiciones para sorprenderlos en el mismo acto. Pero estas mismas disposiciones que no pudieron ser tan secretas, ó algun otro indicio, les hicieron conocer que se hallaban descubiertos, y el terror se apoderó de todos. Onofre Exarque, viendo comprometida no solo su hacienda sino su vida, propuso encarecidamente á CERVANTES que él daria desde luego la suma pedida para su rescate, suplicándole con las mayores véras que aceptase el partido, y salvándose á sí mismo le librase de aquella angustiosa situacion. Tentadora era la propuesta; pero no era CERVANTES hombre para abandonar á sus amigos, de cuya constancia en la tortura no podia responder como de la suya propia. Tranquilizó al mercader, asegurándole que nada sería capaz de arrancarle una sola palabra: por de pronto y con el fin de ver cómo las cosas se encaminaban huyó del baño, acogiéndose bajo el amparo de un antiguo camarada, el alférez Diego Castellano. Mas pocos dias despues oyó publicar por las calles de Arjel el pregon que declaraba su fuga, é imponia pena de la vida á quien le ocultase; y no queriendo que nadie padeciera por su causa, y mucho ménos su generoso amigo y encubridor, salió al momento de su asilo, y juntándose al paso con Morato Raez, por sobrenombre Maltrapillo, renegado murciano y amigo del Rey, se presentó impávido á este para que dispusiese de su vida. Irritado Azan mandó atarle las manos atras y ponerle un cordel á la garganta, como para ahorcarle, si no confesaba. Nada bastó para que nombrase á persona alguna: echó toda la culpa sobre sí y sobre otros cuatro caballeros que estaban ya en libertad, hasta que cansado Azan de sus inútiles pesquisas, ó vencido á los ruegos de su amigo Morato, ó cediendo á la fascinadora influencia de un esclavo cuya superioridad no podia ménos de reconocer, dispuso que le encerrasen en la cárcel de moros que estaba en su mismo palacio, y desterró á Giron al reino de Fez. Así terminó esta tentativa desgraciada, que como las anteriores hubiera podido serlo mas, sin una misteriosa disposicion de la Providencia.

Pero los designios de CERVANTES no se limitaban á recobrar su propia libertad y la de sus compañeros de infortunio. En el largo tiempo que medió entre la sorpresa de la cueva y la segunda tentativa de escaparse por Orán, meditaba otro proyecto mas grande, que á tener resultado, cambiara sin duda la faz de los negocios del mundo, apresurando la civilizacion del Africa septentrional. Aspiraba nada menos que á alzarse con Arjel para entregarlo á Felipe II.

La muchedumbre de esclavos cristianos amontonados en aquellas mazmorras, que pasaban entónces de veinte y cinco mil, la mayor parte hombres esforzados y embravecidos por la desesperacion; el descontento de los mismos habitantes, oprimidos por Azan, y provocados por sus locuras y crueldades; la escasez y carestia de las vituallas, cuyo monopolio se habia reservado el Rey; las enfermedades epidémicas producidas por el hambre y la falta de aseo, y finalmente, el terror general en vista de los armamentos que preparaba la España con apariencia de intentar un desembarco, eran circunstancias bastantes para disminuir el concepto detemeridad que á tamaña empresa podia atribuirse. De estas complicaciones quiso aprovecharse CERVANTES, urdiendo una vasta conspiracion que con la cautela necesaria dirigia, hasta que sabido el objeto de los preparativos de la España, que se destinaron despues á la expedicion de Portugal, calmadas por este lado las inquietudes de los arjelinos, perdidas las esperanzas de apoyo exterior, y mejorada la situacion del pais con alguna mayor abundancia, se desvanecieron todas las probabilidades de buen éxito, y hubo que abandonar el plan. El P. Haedo, autor contemporáneo, en su historia y topografía de Arjel atribuye esta contrariedad á traiciones y abusos de confianza. Si á su ánimo, industria y trazas correspondiera la fortuna (dice hablando de CERVANTES), hoy fuera el dia que Arjel fuera de cristianos, porque no aspiraban á ménos sus intentos.... De su cautiverio y hazañas se pudiera hacer una particular historia.... Y si no le descubrieran y vendieran los que le ayudaban, dichoso hubiera sido su cautiverio, con ser depeores que en Arjel habia. Por esto solia decir Azan, que como él tuviese guardado al estrolos