como asignarle un carácter relativo, en contraposición con el absoluto que le atribuye la Mecánica clásica.
Desde otro punto de vista tiene trascendencia el postulado en cuestión. Cuantos intentos experimentales se han llevado a término desde la época de Faraday hasta los recientes trabajos de Cremieu, con el fin de encontrar alguna influencia recíproca entre la gravedad y otros agentes físicos, han fracasado. En estas condiciones era imposible prever cómo han de intervenir las constantes propias de la gravitación en las leyes que rigen los fenómenos provocados por dichos agentes, y mientras tal intervención no se fijase, era imposible concluir el proceso de unificación del mundo físico que ya dije caracterizó la Filosofía natural del siglo xIx: la gravitación había de continuar siendo en ella un compartimiento estanco. Este problema lo resuelve el postulado de equivalencia con sólo hallar los cambios que en las referidas leyes naturales se producen cuando se emplea un sistema de referencia acelerado, en cuyo camino no existen obstáculos graves, por tratarse de un proceso meramente cinemático. En el capítulo anterior terminaba estudiando la desviación de un rayo de luz por la gravitación. Es fácil también hacerse cargo de la necesaria existencia de este fenómeno como consecuencia del postulado de equivalencia, si volvemos a la caja-laboratorio del $ 46. Si estuviese
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