todos los restantes que juegan en los fenómenos fisicos, ofrece serias dificultades de comprensión porque no es posible auxiliarnos con imágenes. Por ello necesitamos recorrer un camino más largo en gracia de la claridad de los conceptos, deteniéndonos en la descripción de los tenómenos que se otrecerían a un ser inteligente que habitase un mundo superficial; esto es, con solas dos dimensiones. Para simplificar el lenguaje le llamaremos homoide.
Supondremos que su geometría la construye utilizando los mismos postulados de Euclides, de modo que será idéntica a nuestra Geometría plana. Para comprobar su valor como ciencia de la Naturaleza podrá trazar en su mundo figuras que respondan a otras bien definidas de dicha geometría y comparar los resultados obtenidos midiendo sus elementos con los teoremas de aquella ciencia. Por ejemplo: los que establecen la igualdad a dos rectos de la suma de los ángulos de un triángulo; la relación xr = 3,1415... entre la circunferencia y su diámetro, etc... Si las medidas a que aludía condujesen a estas mismas relaciones, nuestro homoide pensaría con plena razón que la geometria construida se ajusta a la Naturaleza, pero nosotros sólo deduciríamos que el mundo en que vive es un plano, o se puede desarrollar en él sin deformar las figuras en cuestión.
En efecto: cuando esta última condición no se cumpla podemos prever que los referidos teoremas
a FUNDACIÓN
h JUANELO 2) TURRIANO
