y trozos de platos de la comida del dia precedente. Sobre el piso de un compartimiento interior habia, amontonados, clavos, llaves herrumbrosas, cadenas, goznes, limas, platillos de balanzas, pesos y toda clase de ferretería.
En aquellos hacinamientos asquerosos de grasas corrompidas, de huesos carcomidos, se encerraban, acaso, muchos misterios que pocas personas hubieran tenido valor para indagar. Sentado en medio de aquellas mercancías con las que comerciaba, cerca de un fogon hecho de ladrillos ya usados, se veia un mugriento bribon, con los cabellos ya blancos por la edad (contaba setenta años), abrigándose contra el aire exterior por medio de un cortinaje grasiento, formado de retales despareados, sujetos á un cordel, fumando en pipa y saboreando con placer el deleite de su apacible soledad.
Scrooge y el espectro se colocaron enfrente de aquel hombre, en el momento en que una mujer, portadora de un grueso paquete, se escurría á la tienda. Apenas penetró fué seguida de otra cargada de la misma manera, y ésta de un hombre vestido de un traje negro y muy raido, cuyo hombre se sorprendió al verlas, como ellas al verle. Despues de algunos momentos de estupefaccion de todos ellos, estupefaccion de que tambien participó el hombre de la pipa, se echaron á reir.