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La cuestion seria no ahogarse, pero como de todos modos yo he naufragado y no tengo salvavida, me agarraré á la primer tabla que encuentre boyando.

Estaba sentado tranquilamente esperando el momento crítico, cuando se le presentó la señora Nina.

Esta venia de un humor de todos los demonios, y como entónces no la habia visto ni sospechado siquiera.

Aquella mañana se le habia ido el mejor mozo del hotel, un mozo que con su servicio esmerado le atraia clientela, y esto la habia puesto de un humor tremendo.

En vano habia querido retenerlo ofreciéndole mas sueldo y otras ventajas; el mozo no habia querido quedarse.

Habia reunido en el Marítimo un buen capitalito entre sueldo y propinas, y se iba á establecer por su cuenta.

Esto era lo que aquella mañana tenia á la señora Nina de un humor espantable.

Ella que conocia las leyes del país como no las conocia Lanza, sabia que nada podria hacer para que este le pagara lo que le debia, puesto que no tenia mas que un miserable equipage.

Así es que á pesar de su mal humor, iba dispuesta á hacerle todas las concesiones posibles, explotando la ignorancia de aquel.

Y cualquier cosa que le sacase sería para ella una ganancia positiva.

Y como era la impresion que dominaba en su espíritu, refirió á Lanza la salida de su mejor mozo que ponia en sério conflicto á su hotel.

—Ahora, añadió, yo necesito saber que piensa usted hacer para pagarme.

Lo que es yo, desde hoy en adelante no puedo temerlo mas á pension gratuita.

Apénas gano para sostener el negocio y no puedo tener clientes que me causan gastos y perjuicios de toda especie.

Lanza reflexionó un momento.

La salida de aquel mozo, el mejor del hotel, le habia inspirado una idea luminosa.

Despues de reflexionar un momento, se acercó á la señora Nina y le dijo:

—Vamos á hablar un momento, no como cliente y patrona sino como dos negociantes: yo quiero proponerle un negocio para ambos, que salve la situacion sin recurrir á violencias.

Yo por el momento no tengo con que pagarle lo que le debo, ni de donde sacarlo, que es mucho peor.

Si usted me hace poner preso, con esto no logra el pago de su cuenta, que es lo que le interesa.

Si usted me echa á la calle, me pone en una situacion tremenda, sin lograr tampoco por este medio cobrarse lo que yo le debo.

Hé aquí ahora el negocio que yo le propongo y que todo lo allana.