Página:Carnelli Quiero trabajo.djvu/127

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ginal? Tráigame aunque sea una y le doy trabajo.

No sé por qué pero me viene al recuerdo aquel jefe de propaganda. Otro que quiere ideas. Pues aquí tiene, que elija. Esto no se ha hecho por radio, ni esto, ni esto.

El magnate cavila otra vez:

—Es una lástima. Yo tengo empeño en ayu- darla. Si supiera cantar tangos...

—No señor, desgraciadamente. Pero ya que este es el paraíso de la milonga, deme tiem- po, ¿no.es lo mismo que aprenda el bandoneón?

—No se altere; usted no lo creerá, pero ten- go interés en ayudarla.

—¿ Y entonces? No exijo mucho, para vivir me bastan ochenta pesos.

—Ochenta pesos, ochenta pesos... A ese precio, si sabe alemán, italiano, inglés, fran- cés y escribe a máquina, le doy trabajo, pre- ciso una intérprete.

—Y a ese precio, ¿no me exigirá también que le cebe*mate?

No hay imaginación, no hay fiebre, no hay mala fe.

La explotación es cosa corriente. No hay trabajo, pero hay extorsión en cambio.