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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

GOILLO y provocan los mal intencionados consejeros, pues, como vamos diciendo, los del rei Hanon fueron el oríjen de la destruicion y ruina de su reino, por no haber tenido la debida correspondencia con el rei David, recibiendo a sus embajadores con desprecio y con afrentosas acciones, volviéndoles a su presencia cortadas las vestiduras y raidas las barbas, cuando con piadoso celo y amigable intencion los habia despachado a significarle el pesar y sentimiento con que se hallaba por la fin y muerte de su padre Naas, a quien debia buena correspondencia y amorosas acciones; y por la suya mal mirada obligó al rei David a destruir sus reinos, con pérdidas de otros reyes que en su ayuda y socorro habian ido, y los demas huyeron: que la guerra y contienda que sin causas lejítimas se solicita, semejantes efectos acarrea, porque no debe ser otro su principal blanco que la conservacion de la paz y de la justicia, para vivir sin molestia y sin congoja ni opresion tirana, como lo advirtió Ciceron. Pues, si la guerra de Chille no se encamina a que vivan en paz, en razon y en justicia sus habitadores, sin duda será injusta la que se hace; porque el principal objeto y blanco a que van enderezados los superiores y ministros, es a la cudicia avara, que se apodera de ellos de tal suerte, que podemos decir de tales gobernadores, lo que dijo el profeta Ezequiel de los israelíticos reyes, que son rapaces lobos entre sus ciudadanos y súbditos; y la interlineal glosa a nuestro intento volvió esta palabra así: tales príncipes avaros y cudiciosos degüellan inocentes, y robando se apoderan de sus bienes: en cuyo lugar el gran maestro Francisco de Mendoza glosó de esta suerte: que no menores presas hacian estos entre sus ciudadanos y vecinos, que los voraces lobos entre las ovejas. Esto bien patentemente lo habemos experimentado en algunos gobernadores de Chille, que no tan solamente se han contentado con aniquilar y destruir las fronteras de guerra, ejecutando insolencias y maldades en los reducidos indios, haciéndolos esclavos debajo de la real palabra, habiéndolos admitido por amigos, sobre seguro haberlos maloqueado, cautivado y degollado várias veces; sino tambien en los pacíficos pueblos haber vejado a los ciudadanos y vecinos y oprimido a los leales vasallos del Rei nuestro señor, quitando las encomiendas a muchos para darlas a otros, o para que a costa de sus haciendas se las vuelvan a entregar, como se ha hecho en ocasiones, y asímesmo echando pensiones y cargas no acostumbradas con pretextos del servicio del Rei nuestro señor, apercibiendo para la guerra, no habiendo salido a ella mas de aquellos que no quisieron o no tuvieron ducientos pesos con que componerse para quedarse, como lo hicieron los mas, sacándoles tambien contra su voluntad a muchos sus haciendas para despachar procuradores a España, no enviándolos sino es a diferentes ajencias, a sus particulares propios; demas de otras pensiones y cargas ordinarias que echan a los pobres tratantes y oficiales para festejos frívolos y para el regalo de la nieve de los que gobiernan, y aun para sus tratos y granjerías, sacando a los pobres de sus oficios sin pagarles su trabajo, y otros agravios públicos que se han visto hacer mui de ordinario. Esta es la paz que tiene Chile entre sus