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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

ajeno, sino tambien los que con armas lo solicitan, y principalmente son así llamados los que por paga y sueldo son conducidos a la milicia; y este nombre en ellos es mui antiguo, y Plauto nos lo dice claro en el siguiente verso: Nam rex Seleucus me opere oravit maximo, Ut sibi latrones cogerem et conscriberem. El ruego del superior viene a ser mas que mandato, por lo cual nos dice Plauto que le rogó su señor el Seleuco emperador, que para sí recojiese los ladrones que pudiese, que de esta suerte el soldado fué antiguamente llamado, cualquiera que sueldo hubiese. BIBLIOTECA NACIONAL BIBLIOTECA AMERICANA DIEGO BARROS ARANA"

Y si a los soldados por serlo solamente les dan este nombre de ladrones, aun no robando lo que es ajeno, los que en las obras se ajustan a este nombre, ¿qué serán? traidores dijera yo que son a Dios y al Rei nuestro Señor: a Dios, porque no piensan jamas restituir lo mal llevado; al rei, porque imposibilitan sus armas y a los que con toda reputacion le sirven en estas fronteras. Y los superiores que lo permiten pudiendo fácilmente remediarlo, ¿qué merecerán? que los dividan y aparten de los buenos para consumirlos y abrasarlos, como dijo Dios por San Mateo, cuyo lugar explicó a nuestro intento el obispo y gran español Lúcas Tudense. Los segadores (dice) van haciendo manojos de lo malo para. consumirlos y abrasarlos, y a los que fueron iguales en delitos igualarlos tambien en los tormentos, poniéndose los soberbios con soberbios, lujuriosos con lujuriosos, infieles con infieles, ladrones con ladrones, para que los que fueron unos en pecar lo sean asímesmo en padecer: justo castigo de los que consienten el delito, que es lo propio que ejecutarle; y así podrémos decir que separen y junten los súbditos ladrones con los superiores que los permiten, como lo dijo el ilustrísimo Villarroel. Y a mi ver, mayor castigo merecen los que desenfrenadamente dejan ejecutar a sus inferiores acciones mal encaminadas y no corrijen sus depravadas costumbres. Algunos han tenido por razon de estado permitir y hacer corriente este abuso, coloreado con el servicio de su Majestad, por cuyo respecto suelen bajar a la ciudad de Santiago y a sus distritos a peltrecharse todos los años de mas de 200 hombres para arriba, y todos vuelven con cantidad de caballos y aun de mulas; y aunque para el servicio del Rei nuestro señor y defensa de nuestras fronteras, los traen, y es este el principal blanco a que se encamina el tácito consentimiento de los que gobiernan, hallo ser una razon de estado sin razon ni justicia, como advierte Cornelio Tácito, que en desviándose de ella, aunque con