rotos jenerales de nuestros domésticos, mundaciones del mar, terremotos grandes y otras lastimosas ruinas, tengamos sobre nosotros de ordinario otro mayor trabajo y tormento intolerable con superiores livianos, presumidos, cudiciosos, libres y tiranos; porque el depravado superior y príncipe que gobierna, es la total ruina y perdicion mas cierta de los suyos, que así lo sintió el ilustrísimo Villarroel, y Eutroquio dice, que el que se sujeta al vicio torpe de la deshonestidad y a la cudicia avara, gobierna tiranamente y sin la igualdad que debe. Aunque no he visto ni leido en cuestion ventilada la comun y jeneral opinion de que el superior que gobierna, de cualquiera suerte que lo haga, debe ser acatado de todos con toda veneracion y respeto, no por eso dejaré de decir lo que siento, y de la suerte que mi desvelo me ha dado a entender, el stilo que se debe observar en la reverencia y obsequiosa sumision que a los príncipes superiores les es dada; y porque no se presuma que salgo de los límites de la razon y de lo que se debe, hablando con alguna lisura y claridad de algunos que han gobernado este reino de Chile (porque nunca faltan censuradores en ajenos desvelos y contemplativos lisonjeros que a las verdades claras y patentes que se dicen, llaman sátira, y a los que las pronuncian, maldicientes), daré prueba a mi pensar con algunos lugares sagrados en el siguiente capítulo, que me sacarán del empeño en que me ha puesto mi duda.
CAPITULO VIII.
En que se prosigue la misma materia. Mui grande respeto y alabanza se le debe al que gobierna con prudencia, sabiduría y igualdad a sus inferiores, pues con aplauso comun los llama el divino y jeneral juez dioses de la tierra, por el Profeta Rei. En medio del lugar diputado, que el hebreo llama su congregacion, se paró Dios, nuestro Señor. Y ¿qué es lo que hace en medio? tomando cuenta a los jueces y superiores (a quienes llama dioses) y dándoles liciones de lo que deben hacer: juzgad igualmente (dice), haced justicia al pequeño, al humilde, al necesitado y al pobre, que de esta suerte seréis dioses en la tierra. Y a los que acuden a esta su obligacion y juzgan con igualdad, no dejándose llevar del interes, de la pasion, ni del desenfrenado apetito, no hai que dudar sino es que se les debe todo respecto, todo aplauso y rendimiento, y la desmesura, molestia o detraccion que se les hace o se tiene con ellos, es perteneciente a Cristo, Señor nuestro, y a su Iglesia, segun el sentir del gran doctor y maestro Gaspar Sanchez sobre las palabras que dijo San Gregorio, comparando a Saul con los malos superiores y a David con los buenos súbditos. Está bien que los que se ajustan a este stilo de gobierno santo y justo, merezcan en la tierra tener el nombre de dioses, y con él la estimacion y aplauso referido, que confieso que con aventajado título se les debe; pero a los que usan mal de la superioridad y mando, volviendo en
