Página:Cautiverio feliz, y razón de las guerras dilatadas de Chile.pdf/131

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
117
NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

cumplir su mandato, y no por el de Joran [sic]. Y si tal vez acontece tener semejantes superiores algunos aciertos en sus gobiernos, no habemos de juzgar ni entender que se los concede Dios, nuestro Señor, por su ajustado proceder, ni por sus méritos tampoco, que no saben conocer, son obras encaminadas por la mano divina y gobernadas por su gran misericordia, porque son tan soberbios y presumidos estos tales imitadores del demonio, que atribuyen a sus disposiciones y a su gobierno lo que es providencia del que lo gobierna todo, y accion de su bondad infinita: o porque, como el rei Joran, tienen en su compañía algun santo Josaphad por quien el profeta miró con buenos ojos su causa; que a estos llama dioses el jeneral juez a boca llena, y a los otros demonios. Réstanos probar ahora, si a nuestro Chille han gobernado algunos que no hayan sido dioses en la tierra, sino es demonios, para que la detraccion de sus acciones y el vituperio de sus obras ajuste a la licion del profeta y no tenga que culparme el contemplativo lisonjero, cuando mi intencion no es otra que manifestar verdades y significar las causas de las ruinas y desdichas de este reino y los fundamentos que hallo para que no tenga paz firme, quietud ni descanso, y sean sus guerras perpétuas y dilatadas. Entre tantos que han gobernado estas provincias, he conocido algunos deseosos de ajustarse al nombre de dioses de la tierra, como leales ministros del Rei nuestro señor; otros tan desenfrenados, tan soberbios, tan libertados y tan dueños de la potestad que tienen, que atropellando la justicia, la lei y la razon, han sido otros desatados demonios. Con un lugar sagrado comprobarémos lo dicho, y quedará manifiesto como tales superiores son demonios. El capítulo cuarto de San Lúcas refiere mui al intento el modo de gobernar del maligno spíritu. Llegó a tentar a nuestro Redemptor en el desierto y despues de haberle ofrecido grandes dignidades de majestad y honra, haciéndose mui dueño de ellas, como dice el texto, añidió luego el modo de repartirlas, diciendo: estas dignidades y estas honras las doi a quien se me antoja y a quien me parece. Famoso lugar para prueba de lo dicho. El superior presidente o gobernador que quita el premio al que lo merece, al que lo ha servido y trabajado, por darlo al que se le antoja, ¿no es conocido demonio? El que no atiende a las necesidades de los pobres, envejecidos en el servicio de su Majestad, y las encomiendas y oficios de provecho se los quita, por dárselos al mercader, pulpero o chacarero que se los paga, ¿no es un Satanas patente? El que no se ajusta a las órdenes y mandatos del Rei nuestro señor, que por sus reales cédulas tiene tan justificadamente dispuesto para premio y remuneracion de los que han derramado su sangre en su servicio, ¿no son traidores a su Majestad estos ministros, y demonios manifiestos? porque hacen lo que quieren y lo que se les antoja, como el demonio, y no lo que es justo y encaminado a la obligacion de sus oficios. Claro está que no hai que dudar en la propuesta, ni en que ha habido algunos en Chille que hayan