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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

Ancanamon con diez o doce caciques de su parcialidad, deudos y amigos que ayudaban al gasto y al desempeño de el convite; llevaban tras de sí otras tantas mujeres y hijas suyas, con un cántaro moderado de chicha en la mano cada uno, y un jarro para irla repartiendo, y cojiendo cada cual de los caciques el suyo, primeramente Ancanamon, los llenaron de los licores y bebidas que traian, y con ellos nos fueron brindando, que es la cortesía que a su usanza tienen unos caciques con otros cuando son convidados para tales fiestas; y despues de haber brindado el gobernador Ancanamon al toque principal, que era Llancareu, y los demas caciques imitádole en la accion, llegó a brindarme a mí y a decirme, que se alegraba infinito de verme con salud en sus tierras, porque conocia mucho a mi padre Alvaro, que era gran valiente y de opinion conocida entre los suyos; y que él tambien lo era, que habia peleado en muchas ocasiones con él, y que tenia experimentada su buena fortuna y su valor, y juntamente que estaba satisfecho y enterado de su apacible trato y piadoso corazon, por haber estado cautivo y preso entre nosotros su pariente Inavilo, quien le significó el buen agasajo que le hizo, el respeto y regalo con que lo trató, y que esto le dijo diversas veces, mostrándose bastantemente agradecido a sus acciones; y fuélo tanto y tan amigo de tu padre (me volvió a repetir), que se excusó volver a continuar la guerra y en muchas ocasiones le dió muchos avisos en secreto que le importaron mucho. Y así (capitan) ten buen ánimo y esperanzas ciertas de hallar entre nosotros el mesmo agasajo y cortesía, pues has encontrado con un cacique principal, noble y de buena sangre, que sabrá estimar la suerte que con tu prision y cautiverio ha tenido. Yo le respondí rindiéndole las gracias de los favores que me hacia; y verdaderamente que quedé mui consolado con las razones de Ancanamon, que no dejaba de darme algun cuidado el hallarme en semejantes juntas y borracheras, adonde se privan del juicio y está la vida de un pobre prisionero sujeta a la voluntad de cualquiera mal intencionado, falto de razon y de entendimiento, por no tener esta nacion cabeza superior que los sujete, ni a quien ellos rigurosamente tengan temor ni respecto, porque cada uno en su parcialidad y en sus casas es tenido y acatado conforme sus caudales y el séquito de deudos y parientes que le asiste. Esta es una de las mayores barbaridades que entre estos indios chillenos se reconoce, y de adonde podrémos tener algunas esperanzas de que no han de ser estables sus repúblicas, ni permanecer en su fiereza y contumacia, porque adonde no hai conformidad ni político gobierno, es forzoso que la palabra divina, por San Lucas, tenga entero cumplimiento: porque si sus voluntades se hermanasen y por una cabeza se rijiesen todos, inexpugnables fueran sus montañas, que la aunacion y conformidad entre compañeros y hermanos es una fuerte liga y argamasa con que se labra y edifica una defensa y muralla incontrastable, como nos lo enseña el sabio. Y el glorioso coronista en su Apocalipsis dijo de Babilonia, que se dividió en tres partes y sus ciudades y pueblos perecieron; sobre