Página:Cautiverio feliz, y razón de las guerras dilatadas de Chile.pdf/156

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
142
HISTORIADORES DE CHILE.

aun en estas ocasiones ha habido algunos poderosos caciques que se han opuesto con sus autoridades y con sus haciendas a librarlos de semejantes lances y peligros, no reparando en el caudal que por sus vidas les pedian, manifestando jenerosidad de ánimo y un piadoso pecho y noble; y para verificacion de lo dicho, referiré lo que no há muchos dias pasó en este alzamien to jeneral (caso raro y digno de memoria), para prueba y verificacion de lo que vamos diciendo, como se verá en este siguiente capítulo.

CAPITULO XV.

En que se refiere lo prometido y se pondera la accion. En este alzamiento jeneral de las fronteras, cuando mas ensangrentada reconocimos la guerra, cautivaron un soldado, entre otros muchos, de tierna edad, que tasadamente tendria quince años, a quien cupo por suerte tener un amo algo ríspido y mal acondicionado; y con ser de la suerte referida, se lastimaba de verlo aflijido y lloroso, que como niño se le venian las lágrimas a los ojos mui de ordinario. A este cobró tanta aficion con entrañable amor un hijo de este indio de la propia edad del mancebo, que no se hallaba un punto sin él; salian mui de ordinario a recorrer el campo, a mirar los caballos y a traer leña para el rancho, y como muchachos se entretenian los dos en jugar a la chueca y en cojer avellanas y otras frutas silvestres en los montes. Pasados algunos dias, habiendo reconocido en el mancebo poco gusto, porque a ratos lo hallaba suspenso y llorando, le dijo el compañero muchacho, que sentia grandemente verlo disgustado y triste, que estimaria mucho que le manifestase la causa de su tan contínuo pesar y malencolía [sic] ordinaria, que pudiera ser que él fuese instrumento para que sus penas y congojas tuviesen mui grande alivio y su gusto se colmase. ¿Cómo puede ser eso, le respondió el mancebo, si no puedes hacer que yo vuelva a ver a mi padre y a mi madre, que ese es el dolor que tengo, y el sentimiento que me atraviesa el alma? y esto fué derramando copiosas lágrimas con tiernos suspiros y sollozos, que enternecido el muchacho su compañero, lloró con él amargamente y le dijo, que no estuviese tan sentido y lastimado, que él le prometia sacarle de aquel trabajo y colmarle su deseo, y que no se habian de pasar muchos dias sin poner en ejecucion lo que decia. Con esto se consolaron los dos, y se alentó el mancebo, conociendo que el muchacho su camarada le queria bien, y que lo que decia era con sobrado amor y voluntad, como le mostró dentro de cuatro o seis dias, pues cuando mas descuidado estaba el mancebo, le llamó una noche y le dijo, que con todo silencio le siguiese: hízolo así y fuése con él a donde tenia dispuestos dos caballos de los mas alentados que su padre tenia, con dos taleguillas de harina, y hizo que subiese en el uno y él montó en el otro, y le llevó al vado del rio mas caudaloso que habia que pasar, y lo puso de la otra banda; y estando el mancebo temeroso de proseguir