Página:Cautiverio feliz, y razón de las guerras dilatadas de Chile.pdf/158

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
144
HISTORIADORES DE CHILE.

a odvodning fo en

CAPITULO XVI.

fou En que se trata de las dilijencias grandes que hicieron los caciques de la cordillera, agraviados de Maulican mi amo, por quitarme la vida, confederados con Lemullanca, toque tambien de nuestra parcialidad, por cuya causa me tuvo escondido hasta que pasó la furia, y el asalto y maloca que hicieron a la casa de mi amo. Letnicat Dentro de pocos dias despues que hubimos vuelto del festejo y convite de Ancanamon, cuando con mas gusto me hallaba en varios entretenimientos y ejercicios, cazando pájaros, corriendo perdices y a ratos ayudando a sembrar y a hacer chácaras a las mujeres, me sobrevino una pesadumbre y disgusto repentino; que no puede faltar la parábola del sábio, que en medio del consuelo está el pesar mezclado, y el llanto ocupa el lugar adonde parece que hai mas alegría. Estando una tarde entretenido con los amigos y comarcanos de mi amo en una siembra de chacras, vino oculto un mensajero, como que pasaba a la costa a otros negocios, enviado de Colpuche, aquel indio mi amigo que en la primera mansion que hicimos en el camino, nos festejó en su rancho, y en cuya casa quedó el soldado mi compañero; y con todo secreto habló con el toque principal Llancareu y Maulican su hijo, hallándome yo presente, como a quien venia mas encaminado el mensaje, significándonos la resolucion con que estaban los caciques de la cordillera nuestros enemigos, de venir a los ranchos de Maulican una noche y maloquearlos por cojerme en ellos descuidado, y llevarme resueltamente a pesar de los suyos, y poner en ejecucion su intento a fuerza de armas, para lo cual habian convocado mas de ducientos indios con todo silencio y disimulacion, porque no se divulgase; y que sin duda alguna no se pasarian cuatro noches sin que tuviese efecto lo que decia: que no se diese por entendido ni se alborotase, sino es que con toda brevedad procurase poner en cobro a su español, a quien, si no hallaban en su rancho ni en los demas comarcanos, habiéndolos rejistrado, se volverian sin intentar otra cosa en su daño; que era lo que se habia dispuesto y consultado entre todos; pero que no obstante lo dicho, si le pareciese conveniente el ausentarse o retirarse a casa de algun amigo, dejando emboscado y con seguro al capitan, juzgaba ser mejor medio para que sus intentos quedasen desvanecidos y frustrados; y que con esto acudia él a su obligacion y a la palabra que me habia dado, de avisarnos de todo lo que se tratase y dispusiese en mi daño. Agradeció Maulican el aviso con extremo, y yo de la mesma suerte quedé tan reconocido, que le dí dos abrazos al mensajero y le rogué que se los diese en mi nombre a mi amigo Colpuche, y que no se olvidase de favorecer aquel pobre soldado que dejamos en su compañía; y despues de esto, habiendo regalado a nuestro nuncio con lo que se acostumbra entre ellos, pasó adelante ácia la costa, porque no presumiesen haberse encaminado su llegada a lo que no era bien se imajinase. Disimuló por entónces Maulican la embajada, no dándolo a entender a ninguno de los