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HISTORIADORES DE CHILE.

tro. Y me respondió que sí, porque no podia ser ménos de que hubiese un gran Pillan, que sujetase a los demas Pillanes y fuese su principio y sobre todos. Decis mui bien (le dije), que ese Pillan que presumis, es el criador de todas las cosas, y el principio y orijen de ellas; y no digais Pillan sino Dios, que así se llama; y yo os iré explicando las oraciones con todo cuidado y desvelo, porque he reconocido en vos mas entendimiento y capacidad que la que os pudo comunicar la naturaleza, pues la teneis acompañada de verdadera fee, que es el principal fundamento para que conozcais a Dios y le agradeis, que sin ella no podemos complacerle (como dijo San Pablo), y si no es que con luz sobrenatural sea ilustrado el entendimiento, no puede ser de ningun efecto la comun fee para nuestra perfeccion, ni la ordinaria creencia. Así lo enseña el anjélico doctor; y segun las razones del muchacho y el afecto con que deseaba saber las oraciones, y la intelijencia de ellas, tuve por sin duda que su natural discurso y entendimiento estaba de mayores luces ayudado; con que con toda atencion, con todo desvelo y cuidado, le industriaba en adelante en los misterios de nuestra fee santa. Levantéme de la cama dando gracias a nuestro Señor por tantos favores y mercedes como recibia de su bendita mano, y salí fuera a continuar mis devociones; y a poco rato llegó el muchacho en mi demanda, repitiendo lo que sabia de su licion, y preguntando lo que no acertaba, de adonde acabé de conocer su buena inclinacion y natural afecto a nuestra fee católica, en la cual le fuí industriando con particular amor, y le pregunté si queria ser cristiano y ser hijo de Dios por el baptismo, y dijo que de mui buena gana lo seria, porque con gusto aprendia las oraciones y deseaba con extremo hacerse capaz de las cosas de nuestro Dios. Primero habeis de saber rezar (le dije) y estar bien en sus misterios. Enseñadme, pues (me replicó), que ya voi sabiendo el Padre nuestro y hoi lo tengo de saber todo sin errarme. Volvíselo a repetir, y él a seguir mis razones con grande atencion, y a tres o cuatro veces que lo continuamos, le recitó solo con mui pocas enmiendas. En esto salió su padre, que iba al rio a bañarse, acabado de levantarse de la cama, y nos llamó para que fuésemos a hacer lo propio en su compañía; y aunque a los principios llegué a sentir el imitarles en aquella accion y costumbre, despues me hice tanto al baño de por la mañana, que era el primero que acudia a él sin repugnancia, porque real y verdaderamente conocí y experimenté ser saludable medicina para la salud y para la conservacion de la vida, pues en todo el discurso de mi vida me he hallado tan fuerte ni tan vigoroso como despues que continué aquel ejercicio, y el haber vivido despues acá con buena salud (a Dios las gracias principalmente) juzgo advertido, [sic] el haber quedado acostumbrado a refrescarme de mañana; que ya que no puedo ejecutar el baño (por no tener a mano cuando me levanto un cristalino arroyo a que arrojarme), me hago echar en la cabeza y en el celebro un cántaro de agua serenada de buen porte, despues de haberme lavado los brazos y la cara. Volvimos al rancho frescos y bien limpios, y al punto mandó el cacique