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HISTORIADORES DE CHILE.

sienten lo contrario y dicen, que verdaderamente fué el ánima del profeta Samuel la que se apareció a Saul, pero que i fué por permision divina y no por encantos. Ruperto lo siente así, en el cap. 15, San Isidoro, lib. 8, cap. 9, y San Agustin en el libro de cura pro mortuis agenda, adonde claramente mudó su primer sentencia, diciendo que Samuel despues de muerto, segun el testimonio de la escriptura, no calló las cosas venideras, con autoridad de San Ambrosio, San Justino, S. Thom., S. Basilio. Y los mas santos doctores son de esta opinion, y el insigne maestro Gaspar Sanchez es del mesmo sentir y dice, que fué el ánima del profeta Samuel la que habló con el rei Saul, pero que fué por divina Providencia, en aquella ocasion de la Phitonisa, y no por sus encantos ni hechicerías; y fúndalo en que con toda brevedad salió en aquella ocasion Samuel, porque el arte necesitaba de tiempo mas dilatado para sus encantos y para el ajuste de sus cerimonias, y tambien lo deduce de que la Phitonisa quedó turbada con vehemencia luego que vió salir al profeta, porque no salió en la forma umbrosa que los que por encantos y májicas artes suelen suscitarse, sino es que le vió con grande majestad y en figura mas que humana, de que quedó la Phitonisa perturbada; que a haber salido Samuel por sus encantos, es cierto que no extrañara la figura, porque saliera en la forma acostumbrada, como las demas obscuras y a modo de sombras tristes, que así fueron llamadas comunmente; por lo cual dijeron los poetas que eran obscuros y nublados los muertos que por arte májica se suscitaban. Así lo dijo Virjilio y habló de Didone: Quam Troius Heros Ut primum juxta stetit agnovitque per umbram Obscuram, qualem primo qui surgere mense Aut videt, aut vidisse putat per nubila lunam. Por las sombras obscuras El héroe conoció la suscitada, Como entre las roturas Del cielo y sus celajes asomada, Suele la luna verse Y entre confusas dudas conocerse. Primero mes llama al primero dia de la luna, cuando los ojos del lince mas perspicaz no pueden discernir entre nublados si fué la luna o no la que se vido: de la mesma suerte dice que son las ánimas de los muertos que se suscitan por encantos, que se miran como por obscuras nieblas. Pues ahora a nuestro intento de la mesma suerte juzgué a este hechicero muche (que así llaman a estos curanderos), que a aquellos antiguos adivinos, Phitones y Phitonisas, porque verdaderamente consultaba este médico al demonio, como se mostró en las ceremonias que referiré adelante. En cuanto a lo primero, parecia un Lucifer en sus facciones, talle y traje, porque andaba sin calzones, que este era de los que tengo en