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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

asiento y permanencia aquellas poblaciones antiguas; mas faltó Dios en ellas, y perturbóse la paz que humildes ofrecian estos naturales, a quienes vienen ajustadas las palabras de San Bernardo, que dice: si en este lugar estuviere el hijo de la paz, que es Cristo, allí tendrá asiento y descanso vuestra paz; mas prosigue el santo diciendo, porque son humildes, pequeñuelos y desdichados, con escándalos y costumbres perversas asombrados, pierden luego la paz que recibieron. Parece que el santo hablaba propiamente de estos naturales, pues dice mas adelante, que son demasiado sufridos y pacientes, los que habiendo dado o recibídola, la conservan y no la dejan, aunque con injurias y malos tratamientos sean exasperados y oprimidos. Mucho disculpan estas palabras de tan gran doctor a estos miserables indios de Chile, que por tantos caminos fueron maltratados, véjados y escandalizados. ¿Cómo se podia conservar la paz que no estaba fundada en Dios? luego, no faltó de parte de ellos, pues no supieron los nuestros entablarla con amor y caridad, que es el vínculo de la paz y su principal raiz, segun el mesmo doctor, definiendo lo que es paz. La paz no es otra cosa (dice), que un vínculo del amor y una union indisoluble de la caridad. Si esta no la tenian ni aun con los pobres enfermos, que no daban crédito que lo estaban por no quitarlos de las faenas ni del trabajo ordinario que tenian, ¿cómo podia haber paz firme adonde faltaba el principal fundamento de ella, como queda dicho que es la caridad? que me certificaron estos caciques antiguos que los dejaban morir a algunos en las quebradas y socavones de adonde sacaban oro, ántes que retirarlos a que como cristianos diesen el spíritu a su Criador. ¿Puede haber mayor crueldad ni mas inhumana accion? dije a mis compañeros caciques, que en buena conversacion estábamos haciendo memoria de los pasados conquistadores. Pues ¿de eso os maravillais, capitan? me dijo el uno de ellos; yo os contaré otra cosa que os causará mayor admiracion. Mucho me holgaré escucharos, respondí al cacique, porque deseo grandemente enterarme de lo que hicieron y obraron los españoles antiguos a los principios de esta conquista. El cacique Aremcheu (dijo este anciano) os podrá dar mejor noticia de la entrada de los españoles en nuestra tierra, que era mayor, que nosotros éramos mui pequeños, y en estos tiempos no pienso que hai otro mas antiguo; a que respondió el buen viejo, mui conforme a su natural bueno y al amor que mostraba a los cristianos, que entre ellos tambien hai algunos de buenos corazones (como ellos dicen), sufridos y pacientes; que si todos fuesen de esta calidad, hubieran conservado la paz admitida en sus principios. of die tog obubis oniger et den tim sirp, aislant Yo tampoco me acuerdo bien de los principios, dijo Aremcheu; solo las noticias de mis padres tengo presentes, que decian, que cuando entraron los españoles, fué haciéndonos la guerra y peleando, y en las primeras batallas que tuvieron, como estaban los nuestros ignorantes de los efectos que causaban los arcabuces, murieron muchos en los primeros encuentros, y atemorizados los demas, se sujetaron fácilmente y dieron ou sol oup) hapons and to loquoe enfiato