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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

la plaza, como las relaciones que en estos tiempos se han dado y dan a la estampa, de progresos y mejoras de Chille, adonde estamos reconociendo lo contrario, sin que persona alguna pueda significar lo que siente ni contradecir al poderoso. Y que tales escritos cautelosos se impriman y parezcan en remotos reinos para acreditar fantásticas opiniones, puede este atrevimiento y descoco desmedido tolerarse; pero que descaradamente los traigan a este reino miserable, sin que haya personas poderosas y de autoridad que se atrevan a contradecirlos, ántes sí hai aduladores que los aplauden sabiendo lo contrario de todo lo que se relata, esto es lo que provoca al mas compuesto a publicar verdades manifiestas contra falsos escritos y perjudiciales informes; que aunque dilate la digresion mas de lo que quisiera, llevado del amor y celo de la patria, iré significando y dando a entender las mejoras y aumentos que dicen tiene este reino, que puesto que todo es encaminado al principal intento de este libro, no será culpable mi dilacion, en el entretanto que nos quedamos con la historia en casa del cacique Naucopillan, adonde me dieron ocasion aquellos viejos antiguos para ir haciendo estos reparos. ¿Cómo puede haber paz firme en Chille, esta guerra dejar de ser perpétua (con cuya continuacion es forzoso que este reino tenga miserable fin, pues cada dia lo vemos con intercadencias de muerte), si los medios [sic] que le aplican para su dolencia, son contrarios al achaque que padece? Si Chille está achacoso, y tanto que miramos mui cerca su acabamiento, y los médicos que a consolarle vienen, y a curar su enfermedad peligrosa, alguno de ellos dice, que ya no morirá el enfermo porque ha convalecido y mejorado, siendo al reves de lo que todos vemos, ¿no es cierto que este médico no trata de otra cosa que de llevarse el premio y el dinero, que en justicia ni en razon merece por paga de lo que ostenta ser tan presumido? Paréceme que está claro, pues vemos que el doliente está acabando, y aunque reconozca que es el mal incurable, porque vino de prestado, o porque el otro quiso acreditarse, publican su mejoría, dejando solapado el cáncer: corre a lo largo la fama, enviando escritos y informes repetidos a la corte; apláudele el consejo, y alégrase de oir su buena suerte en relaciones falsas encubierta; y si alguno, con caridad cristiana y celo del servicio de Dios y su Real Majestad, quiere desengañarle manifestando lo contrario con verdades descubiertas, son atropelladas sus razones y mal mirados sus escritos, porque los reyes, príncipes y señores escuchan las verdades con hastío, en comun opinion de los doctores. Y así dijo San Gerónimo sobre el lugar de San Pablo, que escribiendo a los de Galacia les dice, que se recela de que le tengan por enemigo por decirles las verdades; en cuyo lugar dijo el citado santo, que era achaque y plaga de la verdad el perseguirla enemigos, como a la adulacion acompañarla halagos, porque lo que deleita al oido, se escucha de buena gana, y lo que no queremos, nos ofende. Y así dijo el gran maestro Francisco de Mendoza, que los reyes y prín-