Pirú, de soldados muertos y huidos, que me han certificado que los que no quieren embarcarse para Chille, que no han menester mas de llegar al que puede de los que andan en la masa, y ofrecerle ducientos o trecientos pesos para guantes, demas de volver la cantidad que recibieron, que de ordinario suelen ser de ducientos y veinte y cinco, por cuenta de S. M., y se quedan con los unos y con los otros, y pasan por muertos o huidos, como queda dicho, y al situado cargada esta cantidad, demas de la que viene por mayor, que se gasta en los soldados que llegan, que suelen traer de consumo mas de cuarenta mil patacones; sin otros muchos desagües, que a su tiempo irémos sacando a luz para prueba de las mejoras que dicen los fabulosos aduladores tiene Chile. Solo tocarémos algunos que de paso se nos vienen a las manos, y puesto que estamos en las levas, refiramos algunas de las que se usan. ¿Por qué causa o razon no se ha platicado [sic] hacer levas cuantiosas de soldados en este reino, como las hacen en el Pirú, siendo así que son de mas utilidad y provecho cuatro hombres conducidos por acá, que ciento de los que suelen traer y han traido en estas últimas tropas, que a la una pusieron la de los Chunchos, que no sé qué quiere decir, porque parecian mas indecitos que soldados? Pues las mas veces llegan sin camisas ni espadas, que en lugar de dar algun cuidado y temor a los enemigos y a los nuevamente reducidos (que todos son unos), los menosprecian y hacen burla y chanza de ellos; y los pocos que en ocasiones se han conducido en la ciudad de Santiago y sus distritos, entran luego trabajando como baqueanos, por venir bien pertrechados de armas, caballos y criados algunos. Y no hubiera los descuentos tan excesivos como los que hai de las levas referidas y del stilo que se usa en ellas, en grande perjuicio del real situado y menoscabo del reino: y esta será la causa sin duda de que se hayan perpetuado estas conduciones y levas en los reinos del Pirú. Estas mejoras son las que tiene Chile, y las que le solicitan sus ajentes, como las que se siguen: las harinas que se traian en aquellos tiempos necesitados, ¿de qué calidad eran? como quien las vió con cuidado, podré asegurar con verdad, que hice volver algunos costales a la fatoría, porque ni aun las bestias mas hambrientas pudieran llegar a arrostrarla; y por las quejas que los pobres soldados daban, trayendo a mi presencia las raciones que les tocaban o pertenecian, para que como quien los estaba gobernando de maestro de campo jeneral, pusiese algun remedio en semejante maldad, fué forzoso dar cuenta al gobernador como a superior de todo, porque no sucediese algun desman de mayor marca; pues estábamos experimentando que de desesperados algunos de dos en dos y de cuatro en cuatro se ausentaban desamparando sus banderas, y en esquinas y corrillos varios hablaban lo que no era lícito, que muchas veces, llegando a oir a lo largo algunas razones, hacia que no las oia, como lo hizo el rei Saul llegando a escuchar de sus soldados y súbditos algunos menosprecios, como lo dice el texto sagrado; en cuyo lugar dijo el padre Gaspar Sanchez, que el rei se
