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HISTORIADORES DE CHILE.

cargo esta compra para el real situado, les ofrecen cinco o seis mil pesos (o mas o ménos segun las cantidades) por que acrediten y abonen lo que no es de lei ni de provecho alguno para el vestuario del soldado. Y no puede ser menos que esto sea así, pues hai muchos que han solicitado este viaje a costa de tres o cuatro mil patacones, no teniendo de ayuda de costa mas de mil, o mil y quinientos. A mí me ha sucedido haber deseado hacer este viaje, por ver si en algo podia servir a este real ejército, solicitando los jéneros mas esenciales para él y de mejor calidad, y aunque lo pedí por memorial, me negaron esta solicitud, y la encargaron despues a un mercader o cargador; con que no será de admirar que presuma ser así lo que arriba habemos referido. Y aunque lo que habemos significado y dado a entender con ciertas evidencias, es digno de toda ponderacion, mucho mas es de maravillar, que habiendo en este reino o en estas fronteras ministros de toda satisfaccion y crédito, reciban estos jéneros de mala data al que pudo traerlos por el dinero a satisfaccion de todos; con que se abre la puerta a la mas atenta consideracion para que juzgue no bien de semejante permiso, y mas cuando habemos visto que los empleos que traen para sí los dichos situadistas, suelen embargárselos por cuenta de S. M. a título de faltar ropa para socorrer a los soldados del ejército, y a letra vista cobran el dinero por sus manos, del situado que han de volver a traer el siguiente año. Bien conozco que es necedad grande y aun en estos tiempos desatino el querer sacar a luz estas patentes verdades; pero, de la manera que es prudencia y sagacidad disimularse sordo, mudo y ciego en ocasiones, y no darse por entendido de lo que no se puede remediar con efecto, así tambien, en mi opinion, es delito que los que somos leales vasallos de su Real Majestad y hijos de esta desdichada patria Chille, no solicitemos por algun camino la salud y aumento de ella, poniendo ante los ojos del Rei nuestro señor y de sus reales consejos, estos excesos y maldades, y los trabajos y miserias que padece, orijinadas de semejantes gobiernos; que cuando mis desvelos y cuidados no adquieran mas galardon ni premio, que el ser admitidos y leidos con reconocimiento de la intencion y celo con que se han escrito, quedaré bastantemente remunerado, y desahogado el pecho del tormento cruel que le aflijia. oirs, Y volviendo al permiso de los ministros en recebir los jéneros mal acondicionados que se traen por cuenta de S. M., digo, que aunque sea sin malicia el consentirlo (que así juzgo será), no puede ningun moderado discurso presumir ménos de que tenga mui seguras las espaldas el que tan clara y abiertamente defrauda y adultera la real hacienda, o por mejor decir la roba; que lo ménos que suelen hacer algunos, es con el dinero del situado traer para sí un considerable empleo, y como compran por junto, malo y bueno entreverado, sáleles la ropa con alguna comodidad, y demas de haberse aprovechado del dinero, truecan los jéneros que traen en el situado escojidos, por los que ellos han feria-