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HISTORIADORES DE CHILE.

tece mui de ordinario con el situado de Chille; que por andar en tantas manos como las que lo manijan, cuando lo vienen a repartir está tan menoscabado, que mui de contínuo se queda el soldado desnudo y muerto de hambre, porque algunos superiores que gobiernan, abren la puerta con llevarse mui gran parte de esta hacienda, con pretexto de comprar bastimentos para el ejército, y encargar la distribucion a los ministros, que, a imitacion suya, sin recelo ni empacho alguno entran las manos hasta los codos. Y corriendo por su cuenta y disposicion la paga, si en sus manos no se aumentare ni creciere este caudal, por lo menos se reconocerá en quien está la falta o el milagro, y no se atribuirá lo uno o lo otro a los ministros; que hai algunos ajustados a sus oficios, y no será razon que adonde el águila real hizo la presa, se atribuya al milano su destrozo. Esto es hablando en comun y en jeneral, que ha habido gobernadores tan atentos y desinteresados, que en sus manos se aumentaron y crecieron los socorros de los pobres, como en las manos de Cristo los cinco panes. Demos fin a este capítulo, porque la digresion ha sido larga, aunque forzosa por ser encaminada a lo que habemos menester para deducir las consecuencias necesarias al intento de este libro, que es decir: que con semejantes ministros y gobiernos tan contrarios a la razon y justicia, ¿cómo puede haber paz firme en Chille? con que la guerra será perpétua y inacabable, si primero no se acaba Chile.

CAPITULO XVII.

En que se prosigue la historia del cacique Naucopillan, y de la suerte que volvimos a nuestra posada; y de camino llevé unas yerbas para la cura de la mujer del amigo, sin conocerlas, que fueron medicinales por milagro de la Vírjen Santísima. El principal blanco a que se han encaminado estos verdaderos discursos (como al principio tengo manifestado), ha sido el significar las causas y fundamentos que hallo para la dilacion de esta guerra de Chille; y para que conozca con evidencia que lo que digo y escribo en este volúmen, es por ciertas relaciones adquiridas de los propios antiguos naturales, he fundádolos en historia de mi captiverio dichoso y feliz, por referir experimentado lo que adquirí cuidadoso entre los indios mas ancianos, criados y nacidos en aquellos tiempos de los primeros conquistadores; a cuya causa me parece que de los entendidos y cuerdos no serán adicionadas las digresiones largas que se ofrecen para. la materia propuesta. Los capítulos pasados solo nos han servido de ponderar algunas cosas atroces, inhumanas y ajenas de la piedad cristiana, que nos refirieron aquellos viejos caciques estando en buena conversacion, de la cual se han ido eslabonando las materias y puntos que se han tocado. Quedamos entregados al sueño, despues de nuestra plática y jovial entretenimiento, lo restante de la noche, en casa del cacique Nauco-RODA ORIOS Objoeren cont el supi nou el opp nowy oblona lo HLA