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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN. ga salud verdadera el que está cercado de enfermos contajiosos, saca a curar al enfermo fuera de este lugar: de la mesma suerte, al que está acompañado de naturales malignos y licenciosos amigos es forzoso apartarle de ellos, para que no se le pegue el achaque. Doi infinitas gracias al Señor, que habiendo asistido en compañía de lasciva jente, y en festejos deshonestos y torpes solicitado de los propios caciques, agasajado de las mujeres, y aun incitado algunas veces, podré asegurar con bien (no quiero decir que me faltasen como a muchacho diversos pensamientos malos y interiores tentaciones, que el mas justo no está libre de ellas), que todo el tiempo que asistí cautivo entre estos naturales, no falté a la obligacion de cristiano, procurando parecerlo tambien en mis acciones, sin que de ellas pudiesen echar mano para calumniar nuestra relijion cristiana, como lo hacian con las memorias de los subcesos pasados, que adelante irémos manifestando. Yo confieso que el recelo con que andaba, y el temor de perder la vida me oprimia a ratos el juvenil orgullo, porque aunque muchas me abrieran la puerta para que las comunicase en secretos lugares, juzgaba a los principios que fuesen echadizas de algunos mal intencionados, por tener ocasion de hacer chanza y escarnio de mi recato y compostura, y pasar mas adelante con molestias y danos que pudieran hacerme; y así por esto, como por la ofensa de Dios principalmente, me valia de la oracion mental y de la interior contemplacion, poniéndola por muralla y escudo de mi flaqueza, y valiéndome de las palabras del santo Profeta Rei, que el hebreo trasladó diciendo: tú, Señor, estás cerca de mí por escudo y amparo. Y traduciendo este salmo San Juan Crisóstomo, dijo las siguientes palabras, que en mi corazon las tenia esculpidas: esta mala naturaleza de mi carne (dice el santo) trae conmigo la guerra que me aflije; mi pueblo me persigue y contra mí se ha armado fuertemente, mis ovejas domésticas y mansas se me han vuelto lobos carniceros, y los corderos tigres y leones: mas tú, Señor, estás de mi parte, y me tienes fundado sobre la firme piedra de la fee, a cuya causa me muestro valeroso, sin caer en los lazos del peligro. Estas razones decia compunjido y atribulado, cuando el maligno spíritu me facilitaba las ofensas de Dios, y repetia orando, con fervor ardiente: sed tu es, Domine, pro me, mas tú, Señor, estás en mi defensa declarado; porque la oracion es patrona singular del aflijido en todos los infortunios y adversos acaecimientos que se nos ofrecen, como nos lo dijo elegantemente San Gregorio Niceno. La oracion es el sello de la virjinidad, la fee y crédito del matrimonio, escudo de los caminantes, de los que duermen custodia, fertilidad de labradores, y la salud de los navegantes, y para lo demas un todo. Proseguimos nuestra conversacion trabada el cacique viejo y yo, y entre otras cosas que fuimos platicando, le referí algo de lo que me dijieron de los primeros conquistadores aquellos antiguos viejos (sin tocar en el caso atroz de la mujer, que fué para mí de mayor admiracion); signifiquéle de cuán maravillado habia vuelto de las atrocidades y inhumanas acciones que de ellos me refirieron: y esto fué por sacarle