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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN. de pesadas agonías y congojas, que le obligaron a temblar y entristecerse, tanto que se halló menesteroso y necesitado del consuelo y confortacion de un ánjel: en esta ocasion, se quita el pan de la boca (como dice Salmeron) por darlo a sus desconsolados compañeros, o sus tristes discípulos y lastimados apóstoles. Esta es la obligacion del superior cristiano, del gobernador atento y del verdadero ministro del Rei N. S. ¡Qué pocos hai que se ajusten a esta obligacion forzosa, ni que imiten al verdadero Maestro en su gobierno! ¿Quién hai que se duela y lastime del trabajo contínuo que tolera el pobre soldado en las guerras y ejércitos de S. M.? hai alguno que se quite el pan de la boca para dárselo? hai quien se acuerde dél para premiarle sus desvelos? no por cierto. Quitarle el pan que le toca para su sustento, eso sí que lo saben hacer algunos, y quitarles el premio que tienen merecido, para darlo a quien se les antoja o tiene con que feriarle. Este es el corriente stilo de este desdichado reino, sin alargarnos a decir que le imitan otros, por las relaciones que he tenido: solo con lo que la experiencia me ha mostrado con ciertos conocimientos, podré asegurar lo que refiero en estos verdaderos discursos. Estas son las causas por que se halla este desdichado reino con las penalidades y trabajos que padece, y por lo que esta guerra es prolija y dilatada, y por que tenemos los enemigos dentro de nuestras casas, que con insaciable cudicia las consumen, las aniquilan y derriban por el suelo, como se experimentó en las ciudades antiguas y se ha reconocido en estos tiempos en nuestras perdidas fronteras; y supuesto que éste es y ha sido el oríjen de nuestro daño y la total ruina de nuestras conveniencias, apretemos mas este punto, que fué el principal tropiezo en que nuestros antepasados y primeros conquistadores dieron de ojos, y quedaron hechos siervos y criados de sus propios vasallos y humildes sirvientes. Cuenta el sagrado texto, que el rei Balac, que en aquellos tiempos gobernaba a los Moabitas, se vió perseguido y apretado del pueblo de Israel, y teniendo noticia que el profeta Balaam lo era, trata de enviar a suplicarle (como en hecho de verdad lo hizo), fuese a maldecir al pueblo que en su contra venia; y consultando el profeta con su Dios lo que habia de hacer en aquella ocasion, le responde el verdadero, que no vaya ni siga a los mensajeros del rei Balac, ni maldiga a su pueblo, que está debajo de su proteccion y amparo: con cuya respuesta despidió a los mensajeros, sin conceder lo que le pedian. Vuelve a repetir el rei segunda súplica con sus mas allegados y del pueblo los mas nobles, con mas aprieto, envuelta en muchos ofrecimientos de honras y riquezas grandes; con que parece que el profeta se nostró mas blando y totalmente inclinado a concederle lo que le pedia: y Dios N. S. airado eo quod ille abiisset (dice el caldeo) y la glosa interlineal un notable encarecimiento, que se rindió....(1) (como si dijiese) a tan poderoso (1) La uscuridad de este paraje parece nacer de un eri or de copista del MS. que no hemos podido rectificar.