Página:Cautiverio feliz, y razón de las guerras dilatadas de Chile.pdf/28

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
14
HISTORIADORES DE CHILE.

entiéndese de los propios cuando la inconstable fortuna ha dado lugar a traerlos a la memoria; mas la pérdida de tantos compañeros y amigos no puede dejar de causar mui gran dolor y llanto, y mas cuando los infortunios y desastres son orijinados de poca prevencion, mal gobierno y falta de consejo. Porque en aquellos tiempos no se platicaba, ni se admitian los que eran convenientes, pues me consta el poco aprecio y estimacion que hacian de las personas ancianas y experimentadas en la guerra, no sabian con corriente uso que se platicaba, y al paladar del gobierno que los admitia; y si alguno con fervoroso deseo del servicio de S. M., y del bien comun llevado, decia lo que era lícito y mas justificado, le respondian que era mui a lo viejo lo que hablaba, porque otros consejos habia mas frescos y modernos y de mas importancia para lo que corria y para sus mayores conveniencias. Puedo certificar esto por el lance que le subcedió al maestro de campo jeneral Alvaro Nuñez de Pineda, mi padre, con el gobernador que en aquellos tiempos gobernaba, que cuando tuvo aviso de la muerte referida del correjidor de la ciudad de Chillan con los demas que perecieron, se resolvió con toda presteza a ir a ver el remedio que podia dar a tan impensada pérdida. Alojóse en casa de mi padre, que como atras queda dicho, estaba retirado en aquel lugar por tener su vecindad en él, al cabo de muchos años de desdichas y trabajos que en este reino pasó en servicio del Rei nuestro señor, quedando tullido de las piernas, sin un ojo y pobre, mas siempre deseando que S. M. en todo fuese bien servido, y nuestro pobre suelo aumentado: por lo cual se determinó a decirle, que por la experiencia que tenia de tantos años, y el conocimiento de estos naturales rebeldes, estaba cierto sin poner alguna duda que el enemigo habia de volver mui breve con una gruesa junta a molestar nuestras fronteras y a balaustrar con nuestro tercio, porque estaban enterados mas bien que nosotros de la mala prevencion y poca jente que le asistia; y que así se sirviese su señoría de reparar con tiempo el daño que le podia sobrevenir. A que respondió el dicho gobernador, que era mui a lo viejo lo que decia: razon que juzgo que sin quererla pronunciar se le vino a los labios, por ser refran comun que corria entre todos los palaciegos, pues haciendo reparo despues de la persona que mi padre era, le volvió a decir que estimaba su consejo y quedaba advertido de lo que le decia, pero que él tenia dispuesto lo conveniente para el reparo de sus fronteras y presidios; dejando a mi padre tan suspenso que no le acertó a hablar mas palabras, porque reconoció en el gobernador livianas razones y de chanza, que fácilmente se las lleva el viento y otras veces pesan tanto que se postran por el suelo. Bien es que el superior que está en dignidad alta colocado para la administracion del gobierno, sea jovial, placentero y agradable, con advertencia de lo que dijo Job: Lux vultus mei non cadebat in terram. C. 29. n. 24. Cuyo lugar explicó mui a mi intento un docto y grave autor diciendo, que quiso decir el santo patriarca, que la alegría y apacibilidad de su rostro no era ménos preciable porque estaba acompa-