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HISTORIADORES DE CHILE.

son los que sustentan hasta hoi la guerra, y son diferentes en el lenguaje), no hicieron ningunas dilijencias de las referidas con ellos; ántes nos consta que los primeros nuncios que tuvieron de la entrada de los españoles, fueron los avisos de las batallas y reencuentros que tenian con los confinantes indios de Coquimbo y Santiago, diferentes parcialidades y distintas lenguas; que sabiendo el destrozo y estrago que venian haciendo en los antecedentes vecinos, les obligó el temor y el recelo a disponer para su defensa (que es natural) las armas que tenian, y las que usaban, que eran el arco y flecha, hondas y macanas, que son unas porras de madera pesada. Estas fueron las noticias primeras que tuvieron los fronterizos indios, que hoi sustentan la guerra; estas las embajadas y mensajes de paz que recibieron de los españoles. Que con los antecedentes hubiesen hecho algunas de estas dilijencias, no lo sabré decir con cierta sciencia. Solo sí aseguraré haber sido así lo que refiero de estos otros fronterizos y valerosos naturales. De aquí podrémos ir sacando en limpio, si la guerra que se les hace o en aquellos principios se les hizo, fué justificada o no. Y porque en adelante apretarémos mas la dificultad que trae consigo esta materia comenzada, pasarémos al tercer punto, para la prueba de lo que tenemos entre manos. lobod enlybuition 00st) nolitcoin suotom Lo tercero que se requiere y es necesario para que la guerra sea con razon justificada, es que la intencion de los que guerrean sea recta y bien encaminada, o para que lo bueno se prolongue y se dilate, o lo perjudicial y dañoso se evite, y no para que la cudicia y el apetito desenfrenado obre desatentamente, sin razon ni cristiandad. bona Dijo San Agustin, que las guerras que no son movidas con cudicia, con ambicion ni con inhumana crueldad para con los hombres ajustados a la lei divina, no es pecado ni delito emprenderlas, y mas cuando la solicitud y el cuidado que se pone, es solo encaminado a la propagacion de nuestra relijion cristiana y a la paz y quietud que se debe pretender, para que los que son de indijestos naturales, sean reprimidos y sujetos, y los buenos ensalzados y subidos. Si nuestros primeros conquistadores hubiesen llevado por delante estas luces y antorchas encendidas, no hubieran hecho ilícito lo justo. Por los subcesos pasados podrémos deducir y sacar la falta que hubo en la observancia de estas reglas y puntos, que aunque en los dos primeros no se hubiese reconocido omision alguna en su cumplimiento y sus principios fuesen bien encamina los, bastaba estar desvanecido el último y mal encaminado, para dar con todo el edificio en tierra: así lo resolvió el anjélico doctor en esta cuestion. Puede acontecer (dice este santo) que sea la causa justa y la autoridad lejítima, y por la mala intencion y depravada malicia, se trueque en perjudicial la guerra que es justa. Y San Agustin confirma lo dicho con estas palabras: la intencion dañada o encaminada al daño ajeno, la crueldad en vengarse, el ánimo implacable, la fiereza. en tomar armas rebelándose, el