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HISTORIADORES DE CHILE.

demasiada de los tributos. Y hablando Salviano de los excesivos que pusieron los romanos, dijo estas palabras: los tributarios, en comun hablando, son como viles esclavos, sujetos al yugo y servidumbre de los enemigos, que de necesidad toleran el castigo, y llevan la carga mas de fuerza que de grado, porque en sus ánimos y deseos solicitan la libertad y la aman, y en lo exterior disimulan su trabajo y su opresion. De la propia suerte aconteció con estos vejados y maltratados vasallos, que habiéndose reducido a la obediencia y sujecion de los españoles, y a su vil servidumbre, teniéndolos por humildes siervos y criados, los hicieron feroces enemigos, y dominaron a sus propios dueños y señores; y sobre esta materia, que la estábamos platicando el cacique anciano y yo, me dijo una cosa rara, que despues la premedité, habiendo reconocido cuán inclinados son estos naturales de Chile al traje y vestidura de los españoles.

CAPITULO XXIV.

ich En que se ponderan algunas razones de los caciques viejos, por las cuales se conoce los hicieron enemigos de por fuerza, con las inhumanidades que con ellos usaban. Perdated Dat Habeis de saber, capitan (dijo el cacique), que cuando entraron los españoles en nuestras tierras, con facilidad y gusto se sujetaron nuestros antepasados a ellos, porque naturalmente nos lleva los corazones y el afecto el traje y la bizarría de los huincas, a quienes servíamos a los principios con amor y buena voluntad; aunque fueron las cargas y tributos que nos pusieron, grandes y con extremo onerosas, eran al fin tolerables con dejar quietas nuestras mujeres, nuestros hijos y nuestras casas, para que pudiesen acudir al servicio de nuestras personas y a la conservacion de lo poco que teníamos en nuestros ranchuelos. Principiaron a poco tiempo a llevar nuestras mujeres, nuestras hijas y muchachos a sus casas las señoras, para servirse de ellas y de ellos, como de nosotros lo hacian; y esto fué lo que nos empezó a desabrir y aun a desesperar, con las demas cosas que os he referido. Con mui justa causa (respondí al cacique) sacudisteis el yugo que en las cervices os tenian puesto los que no supieron conservaros en cristiandad, en justicia y quieta paz. Bien meditadas estas razones del cacique, con justa causa podrémos decir, que quisieron nuestros antepasados hacer enemigos por fuerza a los que eran verdaderos siervos y vasallos, con quebrantar lo dispuesto y capitulado a los principios, volviendo a acrecentar pensiones y tributos, vejándolos, oprimiéndolos y desesperándolos con quitarles las mujeres e hijos y otras acciones que quedan insinuadas. Con que por parte de los nuestros faltó la fidelidad y la paz, que entraron ofreciendo con diferentes promesas de las que ejecutaron y cumplieron; síguese, que fueron estas guerras injustas y mal encaminadas, y las que despues de reducidos estos indios prosiguieron mucho peores, que aunque no