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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

dieron principio a ellas con declaradas acciones y con descubiertas armas, moviéronlas con hostilidades, con vejaciones, con muertes secretas y cautiverios de sus familias, vendiéndolas como esclavas y despoblando sus pueblos, con tener a los varones de ordinario asistentes en sus minas, a las mujeres e hijas en sus casas, sin gozar un punto de la quietud, descanso y libertad que les prometieron en sus principios, no poniendo la mira en lo principal, que era Dios N. S., y en la propagacion de nuestra santa fee católica, pues no fueron industriados en ella ni doctrinados, sino fué de cumplimiento y mui de paso, significándoles con la boca la verdad de sus misterios, y con las obras y el efecto desmintiendo sus razones como en todo lo demas. Peor guerra y mas perjudicial era esta civil que padecian, que la que en sus principios les hicieron; menor inconveniente hubiera sido y no tan perjudicial accion, haber proseguido degollando y cautivando a fuerza de armas, que haber consumido y muerto con título de paz tantas almas como perecieron en el trabajo, como robaron en los pueblos y enajenaron cautivos. Estos, enemigos descubiertos pudiéramos decir que eran de estos humildes y pacíficos siervos, y de este nuevamente reducido rebaño con título de paz: y no era paz, porque, como dijo San Bernardo, que solo la paz fundada en Dios y la que nos ofrece, es la verdadera, y la que el mundo y los hombres manifiestan, falsa, engañosa y finjida; y sobre la paz que Cristo S. N. dejó a sus discípulos, nos dice una cosa rara y digna de reparo el mesmo santo. Yo leo en el coronista apóstol (dice) que Cristo, nuestro bien, dijiese a sus discípulos: la paz dejo con vosotros, y la mia verdadera os doi a vosotros; y no leo ni hallo escrito que este beso de paz santísimo se imprimiese o señalase en los lábios de los apóstoles discípulos de Cristo. Y prosigue el santo diciendo: si de la boca de la verdad consta y parece estar declarada y pronunciada esta paz de Cristo, ¿por qué no constará estar ejecutada, cumplida y admitida de los apóstoles? que parece no la admitieron; y el dudar esto y creerlo así no es peligroso, no es damnable sentirlo de esta manera, ni es contra la fee, dice el santo. De las mesmas razones de Cristo, que pronunció despues diciendo: no es mi paz como la que da el mundo, saca el santo que solo la que ofrece este Señor soberano, es la verdadera, que las demas son falsas, finjidas, sofísticas y paliadas. Estas son las paces que da el mundo, y las que ofrecieron nuestros conquistadores, y las que entablaron engañosamente y con intencion dañada; y así quedaron desvanecidas y fácilmente quebrantadas, porque no intervino en ellas la paz de Cristo. De todo lo referido podrémos sacar algunas consecuencias al intento de este libro. Lo primero, que la guerra no parece haber sido bien encaminada, ni en razon, ni en cristiandad desde sus principios, por las razones que habemos manifestado. bud pu Lo segundo, que los indios ya domésticos no se rebelaron ni cojieron las armas para hacer guerra a los españoles por aversion que tuvieron a nuestra relijion cristiana, sino es por vengar los agravios, molestias y