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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

tan 3 23200AHOTI NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUNAN. conmm, stin 275 juez, altivo y arrocipionajo Ingioning yo tribunal con ataduras ligado, entonces el soberbio gante, pareció vencido, sujeto y avergonzado. De manera que en los desconsuelos, en los aprietos y tribulaciones estan vinculados los auxilios de Dios y sus consuelos, porque, como dijo San Ambrosio, que adonde hai mayor trabajo y peligro, allí se hallan los mayores auxilios de nuestro Dios y Señor. Limnos Sul (oglil etes ob egregando no Con esta consideracion, con firmes esperanzas de ser socorrido y amparado de la proteccion divina, salí del rancho bien aflijido y triste, y como que iba a algun natural ejercicio; me hinqué de rodillas a las espaldas de la casa, y con suspiros y sollozos tiernos hice mi deprecacion, encaminada a la salud de la enferma y al consuelo de Pedro su marido, y al seguro de mi vida y crédito. Fuí con esto al instante a donde lastimada y aflijida y desconsolada se hallaba la enferma, y con mucho desahogo (como si yo entendiese lo que hacia, ni lo que tampoco habia de obrar) hice llevar la vela o arrimarla al lecho de la dolorida, a quien consolé y animé mucho a que tolerase aquel penoso dolor, que dél habia de resultar su mejoría y entera salud. Traté luego de desenvolver el pecho y quitar las ataduras y las yerbas con que estaba envuelto y hado; reconocí en ellas lo que los antecedentes dias co habia visto, que con la fuerza del ardor del pecho estaban hechas una yesca y aun quemadas; despeguélas como pude, y hallé la inflamacion reducida a materias; y por la parte mas flaca, que parecia manifestaba boca, con una manezuela de arcabuz (que tambien habia prevenido) bien caliente y hecha una ascua, le dí un boton de fuego en aquella parte: porque no me atreví a abrirle herida con cuchillo, ni otro instrumento de hierro, por parecerme mas peligroso. Despues de esta dilijencia, pedí una callana limpia, que es a modo de sarten, en que tuestan el maiz, el trigo y otras legumbres, y en ella puse muchas yerbas de las referidas, malvas machacadas, el unto sin sal y la cera, y con todos estos compuestos hice un emplasto griego ni nunca visto, ni aun imajinado; y como yo habia oido decir que la levadura era mui a propósito para ablandar y madurar postemas, despues de mezclados al fuego los dichos adherentes, los volví a incorporar con la levadura, de que hice un parche que le cojia toda aquella parte mas empedernida que las otras, la cual lié de manera que no se pudiese caer ni desmentir de la parte en que le habia puesto. Con esto descansó algun tanto la enferma, y se recojieron los parientes y parientas a sus ranchos, y yo me quedé acompañándola juntamente con los muchachos mis compañeros, y en compañía de la doliente rezamos las oraciones; y habiendo hecho Pedro traer a su rancho nuestra cama, nos echamos a dormir en ella, hasta que los resplandores del mayor planeta dió principio a esclarecer los mas obscuros y retirados rincones de nuestra habitacion. Levantéme dejando dormidos a los com-t pañeros, y habiendo reconocido que la enferma se habia quedado un rato postrada al sueño, despues de haber pasado lo mas de la noche con doloridos ayes, salí afuera a rezar mis oraciones en el sitio acostumbrado del mas tupido bosque, adondé encomendé a Dios el cuidado