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HISTORIADORES DE CHILE.

que entre manos tenia; y al fin de este forzoso y principal ejercicio, me encaminé para el estero, adonde estaba ya el cacique viejo y los de su casa en el ordinario baño de por la mañana, a quienes immité ejercitado en aquella su costumbre antigua. Volvimos a los ranchos frescos y limpios (que verdaderamente es gran parte para la salud y vida este ejercicio, como juzgo lo tengo notado en otra parte de este libro); fué conmigo el viejo, deseoso de saber cómo se habia hallado nuestra enferma, a quien hallamos continuando el sueño y su reposo, y solo Pedro su marido en el fogon asentado, cebándole con leña para aumentar sus llamas y efectos calurosos; arrimamos a él nuestros helados cuerpos, porque era el tiempo mas riguroso de frios y heladas de todo el año, y consolados estuvimos de ver que la enferma reposaba con sosiego y sin fatiga. Y en el entretanto dispuse unos trapos o lienzos limpios para curarla, y a Pedro previne que hiciese aliñar una ave bien guisada para la enferma, que en curándola se habia de hallar con buenas ganas de comer, y para nosotros era bien disponer otras, porque esperaba en Dios N. S. que todos habíamos de comer con mucho gusto: hízolo así nuestro amigo Pedro, pues sin dilacion alguna llamó a una mujer española que asistia una cuadra de nosotros, para que dispusiese lo que habia de comer la enferma, y tambien nosotros, porque era grande cocinera de las antiguas que captivaron. abiquites, com En este espacio de tiempo recordó la dolorida, con mejor semblante que solia, diciendo que sentia como mojada toda aquella parte envuelta y emplastada, y que el dolor no era tan intenso como de ántes, ni las punzadas eran tan contínuas en el pecho como solian. Ahora verémos cómo está la inflamacion (le respondí), y conforme estuviere, así obrarémos; dispuse otro parche o emplasto como el pasado, y estando prevenido lo necesario, me puse a desliar el pecho, que por la parte del boton de fuego habia reventado la materia y llenado todos los lienzos de aquel humor corrupto, y aun salido y esparcídose por la cama; con cuya evacuacion se habia hallado sosegada y dormido un rato: alegréme infinito de haber descubierto boca por la parte del boton, para que por allí fuese despidiendo el antiguo achaque y detenidas corrupciones; apreté por los lados la inflamacion reducida, y por ser pequeña la boca que habia abierto, no podia salir copiosamente la corrupta sangre; a cuya causa me determiné con una punta de un cuchillo bien afilado a romperla y acrecentarla, con cuyo beneficio y dilijencia pude exprimir el pecho de manera que quedó totalmente descargado; y habiendo despedido mas de dos bacenillas de podriciones, volví a poner el parche, o por mejor decir, emplasto sin concierto, y despues de hado como ántes, quedó la enferma quieta y sosegada. Acabada la cura, comimos y bebimos todos juntos, con mucho regocijo y alegría de ver a la doliente comer con buenas ganas, y Pedro su marido haciéndome mil halagos y brindándome amenudo con diferentes chichas, unas mejores que otras, de várias frutillas y legumbres, que las parientas y amigas