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HISTORIADORES DE CHILE.

RAMODEL DIRT 30

CAPITULO XXVIII.

o alojen alph De como el cacique Quilalebo convidó a todos los de su parcialidad para que: hacerle sus chacras; de la suerte que se convidan, y cómo trabajan. ich artony fuesen a 1002 El tiempo de las cavas y de hacer sus chacras es por septiembre, octubre y noviembre, conforme los sitios y lugares secos y húmedos, que los unos se adelantan a sembrarlos, y los otros aguardan a que se oreen y esten tratables. El cacique Quilalebo convidó a los de su cava y contorno, de cuya parcialidad era mi huésped el cacique Tureupillan, dendo y amigo de este Quilalebo, quien era enemiguísimo de españoles, habiéndose criado con ellos desde muchacho; y me aseguró el viejo mi camarada, que no se probaria que hubiese llegado a hablar a nin gun español captivo de cuantos habian pasado a sus tierras, desde que las ciudades antiguas se despoblaron hasta el tiempo en que nos hallábamos, y me advirtió que yo no le llegase a hablar, sino es que él llegase primero a hacerlo. Con esta advertencia fuimos a su casa, adonde se ajuntaron mas de sesenta indios con sus arados. y instrumentos manuales, que llaman hueullos, unos a modo de tenedores de tres puntas, que en otra ocasion me parece, he significado de la suerte que con ellos se levanta la tierra; otros son a la semejanza de unas palas de horno, de dos varas de largo, tan anchos de arriba como de abajo, y el remate de la parte superior, como cosa de una tercia, disminuido y redondo para poder abarcarle con la una mano y con la otra de la asa que en medio tiene para el efecto; y de aquella suerte se cava la tierra muñida, y hacen los camellones en que las mujeres van sembrando. Estos dias son de regocijo y entretenimiento entre ellos, porque el autor del convite y dueño de las chacras ma ta muchas terneras, ovejas de la tierra y carneros para el gasto, y la campaña adonde estan trabajando, cada uno adonde le toca su tarea, está sembrada de cántaras de chicha y diversos fogones con asadores de carne, ollas de guisados, de adonde las mujeres les van llevando de comer y de beber a menudo. Y aunque a mí no me mandaban trabajar, ántes cuando me entretenia por mi gusto en ayudarles, y por divertirme en casa de mi huésped cojia el arado manual, por no estar ocioso, me decia que para qué trabajaba, ni me ocupaba en aquellos ejercicios, que aunque eran por mi entretenimiento, juzgarian algunos pasajeros o caminantes que iban de una parte a otra, que me lo ordenaban, o que era compelido a lo que de mi bella gracia y por pasar tiempo ejercitaba; y no obstante este respeto que conmigo usaba, me convidaba siempre a cojer mi tarea como los demas, con que obligaba a que todos los vecinos y comarcanos me mirasen con amor y benevolencia, y aun el rebelde cacique daba muestras de no seguir conmigo el stilo que con los demas captivos habia observado, pues habiendo llegado a brindar a mi camarada Tureupillan, a quien estaba ayudando a cavar lo que le tocaba de tarea, despues de haber dado fin a la mia, me brindó tambien a mí, sin