Página:Cautiverio feliz, y razón de las guerras dilatadas de Chile.pdf/306

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
292
HISTORIADORES DE CHILE.

Pues si los jentiles bárbaros, sin el conocimiento del verdadero Dios, tenian por infalible el ser de sus dioses pintados y finjidos bien patrocinados y defendidos, ¿por qué no habia yo de asegurarme de quien es solo Dios y Señor de lo criado, para tener el auxilio y favor que comunica siempre a los que se postran a sus piés humildes? Y como dijo Oleastro, ¿qué nacion hai tan grande ni tan dichosa, que tenga a su Dios tan de su parte y contínuo, y tan presente a todos sus ruegos y súplicas, como la nuestra, que no falta jamas a quien con el spíritu y el alma le solicita? Con esta confianza me finjí en lo exterior a lo galante con palabras corteses y agradables, deseoso de dar gusto al cacique Quilalebo, y a ellas de la mesma suerte servirlas estimarlas, y en lo interior del pecho mi spíritu luchaba con los tres enemigos mas poderosos del alma; que por la misericordia de Dios triunfó de ellos mi constancia y fee viva, pues que con sagaz stilo y prudentes razones pude aquella noche eximirme del empeño y aprieto en que me habia puesto el padre de la moza. y BRACH Grande felicidad es la de un cauptivo cuando preso y esclavo, se arrastra del comun concurso los aplausos y en los mayores enemigos halla vinculada su defensa y no solicitada dicha. Entónces ponia yo mayor freno a mis acciones, y con doblado recato me portaba, porque el prudente jeneral y sagaz guerrero, despues de la victoria conseguida, debe estar receloso y con mayor cuidado prevenido. Venció el patriarca Abraham a cuatro reyes asirios, quitándoles en batalla la presa y los despojos que poco ántes gloriosos y triunfantes habian adquirido; y en vez de estar glorioso, placentero y alegre con la suerte y victoria conseguida, se aflije y desconsuela de tal suerte, que es necesario que le consuele Dios y le diga, que no tema a sus enemigos, ni se recele de infortunios, porque él está en su oyuda y a su lado. Pues qué es lo que temia Abraham? no habia visto vencidos a sus enemigos, triunfantes a sus soldados y gloriosos? Es así verdad. Pues ¿qué es lo que temia y de que se recelaba el santo patriarca? Varios son los discursos de los doctores, pero el que hace a mi intento, es el de el grande escriptor de las divinas letras Lira, traido por el ilustre maestro Francisco de Mendoza, que dice, que temió la felicidad que tenia presente; y el citado interprete amplia mas estas razones y dice, que el temor fué por haber visto poco ántes aquellos cuatro reyes victoriosos, y en breve tiempo trocada su fortuna feliz en desdichada, y temió como cuerdo y ajustado, en que podia por él acontecer lo propio. ¡Oh qué buen jeneral! oh qué buen gobernador! que despues de la felicidad y despues de la victoria está con mayor recelo y vijilancia, cuidadoso y prevenido. ¡Cuán al contrario y al reves acontece en este reino de Chille desdichado, con los que gobiernan presumidos y con aquellos que juzgan que todo se lo saben y todo lo discurren y lo alcanzan, pareciéndoles que por una moderada suerte que les ha dado Dios, tienen el reino sujeto y de paz! Y cuando ménos piensan, como ha subcedido, se hallan con mayores desgracias y peores infortunios. CON MAY sagor orbon of comit