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HISTORIADORES DE CHILE.

DE ES DE CHILE. CHILE. 298 HISTORIADORES la mujer, porque en sus ojos era cosa abominable; sobre lo que dijo San Ambrosio, que no tan solamente se ha de entender que este precepto fuese sobre el traje y vestiduras, sino tambien sobre las costumbres, y mas adelante insinúa unas palabras que bien atendidas y contempladas, son para avergonzar y reprehender a los hombres que con mujeriles acciones no lo parecen. Deformidad es grande en el varon (dice) hacer obras de mujer, y el que las hace, póngase a parir como ellas; pues enriza los cabellos y los tiende sobre las espaldas, y se afeita, no le falta otra cosa a un melenudo. y causar Muchos santos y autores graves han escrito latamente sobre esta materia: San Juan Crisóstomo sobre la Homilía de Absalon, tomo primero, el padre Gaspar Sanchez, el doctor Mendoza de la compañía de Jesus, el Concilio Iliveritano, en que [se] prohibió a las mujeres que se servian de criados melenudos, y a los hombres, la comunion sacramental de la eucaristía; y aun a los obispos les es vedado servirse de ellos, como lo insinuó San Bernardo al papa Eujenio; el Concilio cuarto Tholedano ordenó que solo los herejes pristilinistas trajiesen guedejas y el cabello largo, para que se diferenciasen de los cristianos; Tertuliano, libro tercero, ad uxorem, y otros muchos santos y doctores, en que hallarán raros discursos sobre la materia que pueden poner freno admiracion al mas desvanecido y amartelado de sí mismo y de sus cabellos luengos y encrespados. Solo ponderaré con el maestro Gaspar Sanchez lo que dice de Absalon, que los criados y soldados del rei David no le quisieron perseguir ni quitar la vida, por haber oido a su padre que no le matasen, y permitió Dios N. S. que fuese causa de su muerte lo que mas estimaba, que era su cabello; a quien perdonaron los hombres (dice este autor), castigó la justicia del cielo, tomando por instrumento aquello en que tenia puesta su mayor felicidad, su gusto y su recreo. Que en la paz y quietud, adonde los republicanos mercaderes y los demas galantes mancebos no tienen otros entretenimientos que continuar la plaza, rondar las calles, requerir ventanas y en amorosos desvelos suspender los sentidos, pase en hora buena este abuso afeminado; pero en el que se precia de soldado de valiente guerrero en la milicia, es abominable el uso, y echa un borron mui feo a la escuela de Marte que profesa, haciendo mas aprecio del cabello que de la celada o morrion luciente. ¡Cuánto mejor y de cuánta mas conveniencia le hubiera sido al patricida Absalon, en lugar de sus melenas bien curadas, el morrion acerado, o el casquete (así lo sintió el padre Gaspar Sanchez)! Con la celada resistiera mas bien los golpes fuertes, que con el largo cabello con arte al viento tendido, para que al sol resplandeciendo, fuesen mas deleitables a la vista. omog (1400 1301 Introduce Ovidio una mujer discreta y de buen gusto, que se enamoró de un soldado que traia el cabello corto y sin aliño, lleno de polvo del camino, como nos suele acontecer a los que continuamos los ejercicios militares: nos ordmod lob le seoidery ojos at