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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

gayditiertag Song recido la gracia de un dios tan grande como Abnubide, y tambien a su marido significó su dicha y buena suerte (que hai algunos tan buenos, que les harán creer sin dificultad alguna, que los. que entran y salen en sus casas, son dioses que enamoran las mujeres; por eso esten alerta los maridos y adviertan que hai mas que dioses sacerdotes falsos). Dispuesta la cena en el retrete del dios Abnubide, fué aquella noche al templo la engañada Paulina, y despues de haber cenado con majestuosa pompa y aparato, la entró el sacerdote al retrete, adonde a obscuras y en lóbregas tinieblas estaba Decio Mundo en forma del dios Abnubide con asechanza escondido; con que toda la noche la tuvo a su mandar sujeta ya su apetito, juzgando siempre Paulina ser el contenido dios con quien dormia y en amorosos desvelos se regalaba. Al amanecer, ántes que los sacerdotes sabedores del trato recordasen, se fué Paulina a dar parte a su marido del festejo amoroso que con el dios Abnubide habia tenido aquella noche, y lo mesmo comunicó gustosa a sus amigas. Al cabo de tres o cuatro dias que el mancebo Decio Mundo habia satisfecho su deseo y a su salvo gozado a la incontrastable Paulina, por darla a entender que habia conseguido lo summo de su apetito con mucho menos de lo que la ofrecia, o porque le habia dado en rostro el deleite torpe de la carnal concupiscencia, porque del nimio y demasiado amor ya satisfecho suele nacer el odio y aborrecimiento de ordinario; como le subcedió a Amon con su solicitada hermana, que dice el texto que fué mayor el pesar y hastio que adquirió despues de haber conseguido su deseo, que el amor que de ántes le obligó forzándolo a gozarla: en cuyo lugar dijo el maestro y doctor Gaspar Sanchez de la compañía de Jesus que siempre se habia visto y reconocido, que del demasiado amor y estrecha comunicacion nacian inmortales odios, principalmente cuando alguna torpe razon o deshonesta causa unió las voluntades, o se puso de por medio a convenirlas: por uno o por otro respeto se declaró a Paulina Decio Mundo, diciéndola que estimaba mucho el favor que le habia hecho, en haberle ahorrado las ducientas mil dragmas, pues importó poco su resistencia y el haberle despreciado, cuando con pretexto del dios Abnubide habia ejecutado sus intentos y satisfecho su apetito. Y dichas estas razones, le volvió las espaldas con desden y hastio. Corrida la mujer y avergonza la, rasgando las vestiduras y haciendo de sentimiento otros extremos, declaró lo que pasaba a su marido, rogándole con encarecimiento que no permitiese que tan gran maldad y sacrilejio se pasase en blanco y sin castigo. El marido luego al punto, corrido y lastimado, manifestó al emperador lo subcedido; y habiendo hecho Tiberio (que así se llamaba el emperador) apretadas dilijencias y averiguado el caso como queda referido, mandó poner en una horca o patíbulo a los sacerdotes causadores de tan gran delito, y a la que fué el oríjen de la traza como criada astuta y maliciosa, ordenó que acompañase a los isiacos sacerdotes cultores del dios Isidis, cuya estatua y simulacro mandó echar en el Tiber, y arrasar el templo por el suelo,