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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN. Jamque quiescebant voces hominumque canumque, 94270 Lunaque nocturnos alta regebat equos. Entrenman Ya que la noche en su sosiego estaba, Y las humanas voces suspendidas, Y el can mas vijilante no ladraba; Ya que entre las estrellas mas lucidas La luna en su carroza se paseaba, Ostentando sus luces mas crecidas, En nocturnos caballos obsequiosos Que-rejia con pasos presurosos. 319 DETE llegó en esta ocasion un mensajero de mi camarada y huésped Tureupillan, con aviso de que habian bajado algunos valentones del distrito de la cordillera con pretexto de comprar algunos bastimentos de que por allá necesitaban, siendo su principal intento ver si me podian haber a las manos, y como aves de rapiña súbitamente arrebatarme y llevar a un parlamento que se estaba disponiendo para quitarme la vida; que, como dije en los capítulos atrasados, quedaron los caciques serranos corridos y avergonzados por no haberles cumplido la palabra Maulican que en el camino les habia dado habiéndose visto solo y sin sus compañeros, como queda referido; a cuya causa se habian convocado con un toque principal llamado Lemullanca, de la parcialidad y territorio de Llancareu y Maulican mis amos, y este hacia todo esfuerzo y ponia todo su poder en dar trazas y modos, por caminos varios, para conseguir su pretension y la de sus aliados, y demas de haber esparcido mas de veinte indios en cuadrillas de a seis y de a ocho cosarios para la intencion arriba referida, envió dos mensajeros este tal Lemullanca al cacique Tureupillan, en cuyo poder me habia dejado el dueño de mi libertad, para que con fraudulento mensaje me sacasen de su poder que despues en su lugar se dirá en qué pararon sus enredos y maliciosas trazas. y me Vamos ahora a lo que hizo Quilalebo, en cuyo rancho asistia hallaba aquella noche que nos llegó el aviso. Luego que el cacique Quilalebo oyó la embajada que mi huésped Tureupillan le habia enviado, no dejó de alborotarse, por haber sabido dos dias ántes, de como habian llegado una legua de su casa algunos de estos compradores que habemos dicho, con achaque de comprar maiz, pescado y otras legumbres; y receloso de lo que podia sucederme, se levantó de la cama a aquellas horas y me dijo, queria llevarme a una cueva que tenia oculta y mui secreta, miéntras pasaba aquel rumor y ruido, y tambien en que paraba el parlamento que estaban disponiendo en Repocura, parcialidad de Maulican y Llancareu su padre, y del cacique Lemullanca, confederado con mis adversarios y enemigo mortal de mis defensores amos. Respondí al cacique Quilalebo, que para qué me queria llevar a padecer penalidades y trabajos en soledad desierta, lóbrega y triste; que de qué se recelaba, estando en su tierra y en su casa acompañado de sus hijos, parientes y amigos; que quién se habia de atrever