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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

CAPITULO VI.

al' obedsilesh anns mutscon nobegivat the 200.5 En que se trata del ejercicio que tuvimos aquel dia, despues de despedidos los amigos, y de la plática que trabamos el viejo y yo, y del moral que se saca de ella. NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN. Habiendo despedido a nuestros huéspedes, almorzado con ellos y brindádonos, las mujeres y chusma de la casa se fueron a sus chacras a resembrarlas, a limpiarlas y asistirlas, que la continuacion de cultivarlas y tenerlas a la vista las hace mas fértiles y abundantes, como lo enseña Dionisio Casio; y como estos naturales no tienen mas recreos ni mas rentas que sus sembrados y chacras, de adonde se sustentan con abasto, y conservan el crédito y opinion de caciques principales y poderosos teniendo de ordinario cantidad de tinajones y cántaras de chicha, ponen todo su cuidado y felicidad en ellas. 3806 Quedamos Quilalebo y yo a las espaldas del rancho o casa gozando de los apacibles rayos del sol, que en aquella altura tiene mas frescos los efectos la primavera que aun el mesmo invierno. Convidónos el abrigo y lo templado del dia a suspender un rato los sentidos, y si a mí me solicitaba el deseo el haber visto al buen viejo dormido y sosegado, por otra parte me desvelaban los cuidados y los discursos varios con que me hallaba, considerando por una parte las persecuciones y trabajos padecidos, y aun hasta entónces de mis malignos émulos solicitados, y los riesgos en que me hallaba en mis mayores dichas, a riesgo de caer en las ocasiones y lazos que el maligno spíritu me ponia cada dia: daba gracias a Dios, por otra parte, de verme fortificado con su favor y ayuda, y tambien contemplaba mi dichosa suerte en la acojida feliz que entre todos los mas halló mi fortuna, con el amparo y defensa de mis amos y la que los caciques imperiales tan declaradamente me ofrecian, a quienes debí mui grandes agasajos y corteses acciones. Volví los ojos en medio de estos confusos pensamientos al camarada y amigo, postrado al sueño y presos sus sentidos, a un cadáver insensible asemejado, que como sus años pasaban de setenta, poco habia menester para representar una viva estampa de la muerte; que durmiendo aun el mas vigoroso jóven lo parece: elegantemente lo notó San Crisóstomo. ¿Qué cosa puede haber mas parecida a la muerte (dijo), que el aspecto del dormido, y quién hai que esté mas lleno de vida, que la forma del que está dispierto? Esta consideracion me solicitaba desvelos y el no sujetarme al sueño todas veces, porque el que duerme a rienda suelta, no tiene mas de precio y estimacion que el que no vive, como lo enseña San Clemente Alejandrino; y mas adelante dice, que la mitad de la vida divide el sueño entre nosotros. Qué bien pareciera el desvelo en los que gobiernan perezosos y dormidos, que con gran perjuicio de los pobres negociantes hacen de los claros dias noches, sin atender a que el que es príncipe y superior que gobierna, ha de estar dispuesto a todas horas a atender y escuchar las quejas y clamores de los pobres humildes, y cuando duerma, ha de ser con tal arte y de tal suerte, que el primer movimiento del súbdito