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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

Dios para sí, segun San Pablo. Y la diferencia de este poder la difine Santo Tomas diciendo, que los infieles referidos no son competentes a la iglesia in actu, sino en la potencia. Algunas razones hai y lugares de la sagrada escriptura que al parecer tienen algun viso para que se pueda colejir, que los infieles pueden ser compelidos a entrarlos en el gremio de la Iglesia, y se valen algunos de las palabras de San Lucas que dicen: sal a esos caminos y desiertos (dijo el Señor al siervo) y por fuerza entra a los que encontrares; y segun la exposicion de los santos doctores, no se entiende de la compulsion exterior por guerra ni por fuerza de armas, sino es de la interior, que Dios hace por sus inspiraciones, o por ministerio de ánjeles, como lo declara San Crisóstomo y Santo Tomas, que dice, que en aquella parábola que hace mencion de la compulsion, no se entiende haya de ser con violencia exterior, sino es con razones y persuasiones eficaces, o por blandas o ásperas, de manera que unas veces por adversidades, otras por milagrosos efectos, por inspiraciones y por palabras, compele Dios a las veces a los endurecidos y obstinados. Por lo cual dijo San Agustin: dichosa y feliz necesidad la que obliga a buscar lo mejor; y el doctor Inocencio, que lo fué en las leyes divinas y humanas ilustre y grande, dice sobre la parábola non compellant, que ninguno puede ser forzado a que reciba nuestra católica fee, ni hacer cristianos con materiales amenazas ni castigos, y que no hace al efecto que al siervo ordene el Señor que éntre por fuerza o compela a los convidados a entrar, porque se entiende de la compulsion hecha por instancias de razones eficaces, y no por aspereza ni severidad del castigo material, ni temporal violencia. Y el anjélico doctor resuelve, que de ninguna manera pueden ser forzados los que nunca tuvieron luz de fee, a recibirla, porque debe ser admitida mui de grado y de espontánea voluntad. De aquí podrémos sacar dos cosas a nuestro intento: lo primero, que la Iglesia o su vicario no pudo dar permiso para que a fuerza de armas se conquistasen estos infieles, y si por lo dicho no tuvo potestad para hacerlo, y el permiso que dió fué no con la intencion de guerra que por los primeros conquistadores se ejecutó, seguiráse de aquí no haber sido justificada esta guerra. Lo segundo, que habiendo entrado conquistando a fuerza de armas, con muertes, destrozos y vertida sangre de muchos, la fee que admitieron, fué sin ninguna luz de nuestro Dios ni de nuestra relijion cristiana, así por el temor que cobraron a los españoles, como por el mal ejemplo con que fueron industriados; que ántes pudiéramos decir, que los enseñaron a blasfemar a Dios, como dice San Crisóstomo sobre las palabras de San Matheo, en nombre de Cristo: así resplandezca vuestra luz en la presencia de los hombres, para que vuestras buenas obras sean patentes a todos, y glorifiquen y ensalcen a vuestro Padre que está en los cielos. Por aquellos que enseñan con la lengua (dice este santo) y con las obras desdicen desmienten y sus razones, es blasfemado nuestro Dios y Señor, así como si bien eno WARE