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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

que trataban de tomar las armas y ponerse en defensa. A que respondió, tomando la mano, el príncipe y capitan de los Amonitas Achior, y habló de esta manera en la presencia de todo el ejército:

Si te dignas (señor) de oirme con atencion (dijo a Olofernes), te diré en breves razones qué nacion sea esa de que me preguntas, y qué jente la que ignoras; y prosiguió de esta suerte:

Este israelítico pueblo, de los Caldeos tiene su oríjen y descendencia, y dió principio con su cautiverio y rescate, peregrinaciones del desierto y lo mas que refiere el texto. Y por abreviar, dijo, que adoraba y reverenciaba al Dios que está en los cielos, quien es tan justo y bueno que abomina y aborrece la maldad y delitos cometidos por aquellos que le siguen y adoran, y siempre que le han ofendido y quebrantado sus leyes, han sido vencidos y entregados a sus enemigos. Procura saber con evidencia y inquirir con todo cuidado, si tienen a su Dios contento o grato, o por sus pecados ofendido; porque si su favor y ayuda está con ellos, no hai fuerzas humanas ni ejércitos ordenados que puedan contrastar con ellos, y al contrario, si los tiene dejados de su mano, y estan fuera de su auxilio y gracia, con notable facilidad serán vencidos, postrados a tus piés y puestos debajo de tu dominio y mando.

Acabada de hacer esta relacion verdadera por el orador insigne y caudillo de los Amonitas, quedaron tan enfurecidos y ensañados los potentados del ejército jentil, que intentaron quitarle la vida. Y de la propia suerte airado Olofernes, su jeneral, por ostentar mas su valor, su grandeza y confianza que llevaba de ver al pueblo de Dios humillado y abatido a sus piés, mandó que echasen luego de su ejército al que les habia dicho la verdad, diciendo que se fuera a acompañar a los Israelitas, adonde reconoceria, cuando los viese destruidos y aniquilados, como no habia mas Dios ni mas poderoso Señor que su rei Nabucodonosor. Con esto, sus ministros a un árbol le dejaron de piés y de manos bien atado: accion mas piadosa que las que por acá han usado nuestros ministros, pues al que nos dió el aviso verdadero de lo que con tan grande pérdida experimentamos, con inhumana crueldad le quitaron la vida poniéndole en una horca, habiendo merecido premio por los contínuos recuerdos que nos daba cada dia, advirtiendo que saliésemos con todo cuidado y prevencion bastante cuando nos tocaban alguna arma, que a haberla tenido como se debiera, mui al trocado hubiera sido nuestra suerte. Con que pasarémos a otro capítulo y dirémos solamente de paso, que adonde ha habido ministros mas depravados que Olofernes, cómo se puede haber conseguido paz firme en este reino, y cómo la guerra no ha de ser dilatada, y inacabable esta conquista; que a haberse hallado en ella alguna santa Judith, no dudo de que hubiera habido muchas cabezas derribadas por el suelo.