Página:Cautiverio feliz, y razón de las guerras dilatadas de Chile.pdf/355

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
341
NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

AUÑEZ DE PINEDA Y BASCUNAN. 341 Todos estos daños y peligros de la vida causa una demasiada confianza, sin recelo ni cautela. De la propia suerte ha sucedido en este reino en muchas ocasiones, y en este último alzamiento del año de cincuenta y cinco bien a costa de nuestras conveniencias se ha experimentado esta verdad y reconocido con evidencia, que la demasiada con que se vivia, fué el oríjen de nuestra perdicion y total ruina, pues jamas se quiso dar crédito a los repetidos avisos que un año ántes se tuvieron y aun en los últimos dias de su ejecucion se continuaron con eficacia y viveza, sin que persona alguna de las que gobernaban por mayor, se persuadiese a que habia de tener efecto lo que por tantos y tan varios caminos fué por permision divina pronosticado, para mayor confusion nuestra y castigo de nuestras culpas. Luego, justamente calumniaron los antiguos amigos nuestra ingratitud, nuestra facilidad y demasiada confianza, pues de sus efectos se han orijinado nuestras calamidades y desdichas; y porque con evidencia se conozca su razon y nuestra culpa, proseguiré en el capítulo siguiente con las buenas obras y agasajos que en algunos tiempos han recibido, haciéndolas patentes como lo he propuesto, para apoyo de nuestros naturales amigos y antiguos compañeros.

CAPITULO XIII.

En que se trata de que de la confianza nace el ocio, y del ocio el descuido, y de cuán necesaria es la vijilancia y el manejo de las armas cuando nos juzgamos mas quietos y en tranquila paz, y como de la opresion del enemigo se orijinan audaces atrovimientos. Con las finjidas paces que admitieron incautos los sucesores de don Francisco Lazo de la Vega, gobernador que pudo entre otros hé. roes señalarse por guerrero, por vijilante y en sus acciones entero, juzgaron sosegadas las fronteras y en tranquila quietud toda la tierra los ministros superiores de el ejército, mas con vana confianza entretenidos, que con prudente acuerdo desvelados, tratando solamente de sus comodidades y conveniencias propias; ocasionando el ocio a poner en olvido lo que en él debiera estar mas ejercitado, como lo enseña Casiodoro a los que el ejercicio de las armas profesamos. Si el soldado en la paz no se entretiene en el manejo de sus armas, cuando la necesidad le obligue a cojerlas en las manos, no las hallará de provecho; a cuya causa es obligacion del jeneral prudente, en los tiempos que parezcan mas ociosos, hacer que sus soldados en el manejo de ellas se desvelen, porque el fundamento principal de la adquirida paz consiste en la constancia y fortaleza de la guerra. Y hoi con mas justa causa se debe observar esta razon de Estado con esta nacion bárbara, audaz y atrevida, porque conocidas y experimentadas várias veces nuestras costumbres y tratos desiguales a nuestra profesion cristiana tan en su daño y contra la libertad que desean y valerosos han defendido,