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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN. ENEID. 2. Una salus vietis (dijo), nullam sperare salutem. Los vencidos y opresos No tienen mas salud que no esperarla, Y en los casos adversos Con resuelto valor solicitarla, Que tal vez el perdido La adquirió por constante y atrevido. Que a los vencidos no les queda mas recurso y remedio que no aguardarle por ningun camino, de cuyo imposible un audaz atrevimiento se orijina y una resolucion desesperada, como las que han tenido en ocasiones estos naturales; que por singular y célebre, referiré la que tuvieron en el rio Bueno, que fué bien malo para nosotros, pues de aquel subceso se orijinó el siguiente año la total ruina de las fronteras y de nuestras haciendas y heredades. 0 Estando sosegado todo lo mas de la tierra hasta la de los Cuncos, que confinante estaba con las armas y ejército de Valdivia y distante de los nuestros mas de setenta leguas; por cudicia de las piezas y esclavitud de esta nacion (que es la que en primer lugar turba la paz, dilata la guerra y es orijen y ha sido de todos los desastrados sucesos y infortunios que han sucedido y se continúan en este reino, como mas largamente se manifestará adelante), por cudicia de las piezas, dije y vuelvo a repetir, que se ponia en campaña el ejército, con toda incomodidad y trabajo, marchando estas setenta leguas y mas un año y otro subcesivo. El enemigo, considerándose acosado y perseguido, por una parte, del ejército de la poblacion de Valdivia, como mas inmediata, y por otra de las armas de Chilué, ciudad de Castro, y por las nuestras del ejército de Chile (aunque dilatadas), determinó aguardarlas de la otra banda del rio Bueno, con intencion resuelta de morir vencer desesperadamente, ántes que volver las espaldas al peligro con deserédito de sus personas y menoscabo de sus haciendas y pérdida de sus mujeres y hijos: hicieron lo que los Danitas en otra ocasion ejecutaron, como costumbre antigua, y dalo a entender el capítulo 18 de los Jueces sobre el robo y asalto de la casa de Micas, que dice que llevaban por delante los niños, las mujeres, los jumentos y lo mas precioso de sus alhajas; adonde advierte Cayetano, que no se entiende que eran de las cosas sagradas arrebatadas de la casa de Micas, sino es que verdaderamente llevaban a la guerra, cuando se habia de dar la batalla, sus mujeres, sus hijos y lo mas estimable de sus haciendas; y el Abulense da la razon por que lo acostumbraban los artiguos. Era costumbre antigua esta (dice nuestro intérprete), para que movidos del amor de las mujeres y hijos, y de lo mas estimable de sus haciendas, valerosamente batallasen, sin que pudiese ponérseles por delante, en cualquier siniestro acaecimiento, haber de volver las espaldas dejando