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HISTORIADORES DE CHILE.

HISTORIADORES DE CHILE. ISTORIAD 350 mas constante opinion (dije a Quilalebo), entre las variedades que hai en decir, que le fueron siguiendo los enemigos, y que antes de llegar a visitar las ciudades, ejecutaron su intento con la muerte lastimosa del gobernador y los suyos. Esta es verdad infalible (replicó el buen viejo), porque a mí me consta, le vi en esta ciudad de la Imperial despues de haber corrido y visitado las otras. Eso será lo cierto (dije al cacique), pues vos lo asegurais con evidencia; que los mas escritores de estos tiempos solo por noticias hablan y relaciones de los unos y de los otros, que no todas veces se ajustan al hecho de la verdad. Proseguid, camarada y amigo, con esa lastimosa trajedia. Salió Pelantaro (dijo nuestro viejo) con los ducientos indios referidos, y al romper el dia las tinieblas, llegó sobre los altos del rio y valle de Curalaba, adonde sin prevencion alguna ni militar vijilancia estaban a rienda suelta y a pierna tendida (como dicen) ocupados del sueño y del descanso, bien ajenos de la mala fortuna que se les aguardaba. Fuéronse acercando al sitio, adonde en sus tiendas y toldos estaban a sueño suelto reposando, y como amaneció nublado y la tierra cubierta de una niebla oscura, se pudieron acercar al sitio de manera que de manos a boca encontraron un criado muchacho, que salia a buscar caballos y a recojerlos; el cual les dió razon del descuido y sosiego con que todos estaban reposando, sin que hubiese persona que velase. Con este aviso, acometieron con seguro de no hallar resistencia ni contradiccion alguna, y en breve rato dieron fin a las vidas de aquellos valerosos españoles, que sin darles lugar a levantarse de las camas, al ponerse en pié hallaban sobre sí el golpe fiero de la macana o hierro, que riguroso les pasaba el alma; entre los cuales pereció desdichadamente el gobernador Loyola sin poderse vaier de los suyos, ni tampoco sus valerosos compañeros defenderle, por el descuido con que estaban todos. Este fué el desastrado fin y muerte lamentable de este buen gobernador; con que estaréis satisfecho y enterado de lo que tanto deseabais saber, y yo habré cumplido con la obligacion de daros gusto en lo que tan anheloso me pedisteis. Mucho estimo el favor que me habeis hecho (respondí a mi amigo el viejo). Y ántes que prosigamos con nuestra conversacion, déme permiso el piadoso lector para que ponderemos un rato algunas de las pasadas razones, de las cuales saquemos algun fruto y provecho para los que gobiernan y congruas hilaciones al intento. Conocidamente el gobernador don Martin García Oñez y Loyola fué ajustado y superior atento a todas luces, pues los indios naturales y pobres alababan su gobierno; que es prueba de un buen príncipe ser amado de los humildes y pobres, aunque no lo sea de los poderosos. Y con todo eso, vemos que murió tan lastimosamente como se ha referido, por permision del cielo, que lo dispone así la divina Providencia quizá, o sin esta duda, por no haber castigado severamente los delitos y culpas de sus súbditos, cuando tan perniciosas y notadas eran, llevados de la cudicia, soberbia y vana gloria, como lo tocó don Alonso de Arcila en su Araucana: